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lunes, 30 de noviembre de 2020

Los abogados estiman que la caída de ingresos del mercado legal será de aproximadamente 15% frente a lo proyectado al inicio del año

Como era de esperarse en un contexto en el que las grandes industrias del mundo se vieron afectadas por la crisis por la pandemia, las firmas de abogados no han sido la excepción. Esto, que resulta apenas lógico si se considera que sus clientes son, justamente, quienes padecieron la crisis en primera línea, aceleró un cambio que se venía gestando desde hace unos años: el desmonte del cobro de honorarios por horas facturables.

Sobre el impacto de la pandemia en el mercado legal, Juan Carlos Rocha, socio de PPU, explicó que “de acuerdo con encuestas a nivel latinoamericano, las firmas de abogados deberían facturar al final de este año 15% o 20% menos de lo que se presupuestó a comienzos del año, y en horas facturables la correlación es igual”.

Con el fin de contrastar esas cifras y sus consecuencias en los formatos de facturación, Asuntos Legales realizó un sondeo entre ocho de las firmas más grandes del país, donde todas coincidieron en que, en promedio, la caída frente a los ingresos que habían proyectado para este año será de 15%.

Claramente, el desempeño varía en función del tamaño y el número de prácticas, pues algunas esperan perder hasta 25%, mientras otras hablan de una caída de 5%. Sin embargo, la mayoría coincide en que el impacto en el mercado será, en promedio, esa cifra.

Además, buena parte de ellas coincidió en que la práctica más afectada por la coyuntura fue la de Corporativo y Fusiones y Adquisiciones (M&A), mientras que las que más se dinamizaron por cuenta de la situación fueron: laboral, litigios, financiero e insolvencia. En ese sentido, como señaló el socio de Garrigues, Jaime Iglesias, “en el formato de despacho full-service la disminución de ingresos de un área se compensa con las subidas de otras”.

En la misma línea, Rocha hizo énfasis en que “una significativa ventaja de adoptar el modelo de firma de práctica general estriba en la dispersión del riesgo. No a todas las áreas de práctica les puede ir mal en el mismo momento y la diversificación ha mostrado grandes beneficios”.

Medidas alternativas

Con el fin de mitigar el impacto económico, pero también como señal de solidaridad en medio de una situación difícil, varias firmas se volcaron a ofrecer a sus clientes la mayor flexibilidad posible en todos los aspectos, incluido el económico.

“Varios clientes han pedido más plazo para el pago de facturas y otros han solicitado renegociar las condiciones de cobro que se ofrecían por los servicios legales prestados. Aceptamos las nuevas condiciones en cuanto a cobro para algunos de nuestros clientes que se vieron altamente afectados por la pandemia, como mayor plazo de pago, por ejemplo, o cambios en las condiciones de facturación de nuestro trabajo, con el fin de darles una mano durante la situación”, explicó Enrique Gómez-Pinzón, socio ejecutivo de Holland & Knight.

Esto, explicó un abogado fuera de micrófonos, tiene que ver con que desde el inicio de la pandemia uno de los rubros que empezaron a recortar las compañías en crisis fue el de los gastos legales externos, en la medida que había que cuidar la caja y la mayoría tiene equipos legales in-house, que pueden manejar varias situaciones. “Las empresas están buscando renegociar los contratos para tener arreglos de tarifas más beneficiosas. Cobrar por horas es bueno solo para el abogado, pero para las empresas es tenaz porque no pueden controlar cuánto gastan en servicios legales”, anotó.

Lo anterior va en línea con lo dicho por Jaime Herrera, socio de Posse Herrera Ruiz: “con ocasión de la pandemia se ha intensificado la tendencia en la que ya estábamos de implementar estructuras alternativas que se ajustan a las características y necesidades de cada asunto, siempre dando preeminencia al valor que le aportamos al cliente”.

Esto es consistente con lo que sucedió en Estados Unidos, de donde se importó el modelo de horas facturables, a raíz de la crisis de 2008, donde las empresas, buscando generar ahorros, llevaron a las firmas a buscar opciones de honorarios alternativas.

LOS CONTRASTES

  • Juan Carlos RochaSocio de PPU

    “Una ventaja de adoptar el modelo de firma de práctica general estriba en la dispersión del riesgo. No a todas las áreas de práctica les puede ir mal en el mismo momento”.

  • Enrique Gómez-PinzónSocio ejecutivo Holland & Knight

    “En Colombia se está viendo que cada vez son menos las empresas que aceptan un cobro por hora de los honorarios y se está buscando tener mayor control de los gastos”.

“En Colombia se está viendo que cada vez son menos las empresas que aceptan un cobro por hora de los honorarios y se está buscando más tener un control de los gastos legales por medio del cobro de tarifas fijas o de tarifas por horas con un tope máximo por un periodo de tiempo”, explicó Gómez.

Además, el abogado agregó que “otra tendencia tiene que ver con que el trabajo sea realizado en su mayoría por abogados seniors únicamente, pues aunque tienen una tarifa horaria más alta son más eficientes en las tareas debido a su experiencia”.

Lo anterior, como sucede con todo, no es generalizable a todas las áreas de práctica, porque a veces al cliente le resulta conveniente manejar ese esquema. Sergio Michelsen, socio de Brigard Urrutia, explicó que efectivamente los esquemas alternativos a las horas facturables son una tendencia, no solo acá sino en el resto del mundo y anotó que desde el exterior se ve con curiosidad la fuerza que ha tomado en el país esa preferencia.

Sobre las prácticas donde es más común encontrar esa situación, explicó que “es muy común ver en varias áreas que se manejen sumas fijas, usualmente mensuales o por un trabajo puntual. Pero por ejemplo, en el mundo de los litigios hace mucho tiempo se trabaja por resultados, con la denominada cuota litis, donde te pagan una participación según el resultado. En áreas como M&A, en cambio, hay casos donde si se cierra el negocio se paga una comisión de éxito, y de lo contrario la firma pierde una plata importante”.

Para algunos, esto solo implica una reconfiguración de la manera de cobrar y no quiere decir que el trabajo por horas se vaya a acabar. Otros, como Guillermo Cáez, de Cáez Muñoz Mejía Abogados, son más radicales: “El modelo de horas facturables está acabándose y los clientes prefieren cada vez más otros esquemas. Sin duda, la pandemia aceleró esa tendencia y terminará por acabar esa modalidad”.

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