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Tiger Woods lo admite: el Masters de Augusta es su obsesión

El golfista estadounidense, de 43 años, afirma en México que el grande de abril está en su cabeza "desde octubre o noviembre"

Juan Morenilla
Tiger Woods, en México.
Tiger Woods, en México.Getty

Tiger Woods recibió esta semana el Premio Laureus al mejor regreso de un deportista en 2018. Seguramente el golfista estadounidense no esperaba que a los 43 años sería premiado por una vuelta a la élite después de un calvario de lesiones de espalda y rodilla y un sinfín de problemas personales, sino que después de ganar en 2008 el US Open, su 14º grande, a estas alturas ya estaría celebrando haber superado los 18 de Jack Nicklaus. Pero el cuerpo dijo basta y Tiger entró en una espiral de la que ha salido cuando ni él mismo pensó que volvería a jugar al más alto nivel. En 2018 ganó el Tour Championship, su primer título en cinco años, y este 2019 ha subrayado en rojo la que será la prueba definitiva de su verdadero retorno: los grandes. ¿Puede Tiger volver a vencer en un major? La pregunta lleva rondando el mundo del golf desde hace mucho. Y el mismo Tiger no esconde ya que esa es su meta. Sobre todo una, su obsesión, el Masters de Augusta.

"El Masters está en mi radar desde octubre o noviembre", ha comentado Tiger este miércoles en México, donde disputa el WGC Championship. ¿En qué manera está presente el Masters en tu preparación y en tu juego?, le preguntaron a Woods. “En todo, en los golpes que voy a necesitar en Augusta, en los palos que voy a pegar, en el tipo de swing que necesitaré para el Masters, en los problemas que estoy teniendo y en lo que estoy haciendo bien, los golpes que pegaré en Augusta, sobre todo cuando la bola está más alta o más baja que los pies, y también pienso en la velocidad a la que estarán los greens de Augusta, cómo cambian del miércoles al jueves y cómo consiguen que cada año esté más duro y difícil”, ha añadido Tiger, que se ha mostrado muy satisfecho con su estado de forma respecto al año pasado: "No hay comparación. En realidad, no sabía cuál iba a ser el futuro del golf para mí. Ahora acabo de empezar esta temporada y estoy tratando de organizar las cosas, me siento mejor que el año pasado".

El Masters fue el primer grande que ganó Tiger, en 1997, la primera de sus cuatro chaquetas verdes (por otros cuatro Campeonatos del PGA, tres Us Open y tres Open Británicos), y siempre ha ocupado un lugar especial en su memoria. En Augusta, hace unos años, confesó a los otros campeones que pensaba que no volvería a jugar. En Augusta, este año, del 11 al 14 de abril, quiere volver a rugir como antes. Ya rondó el triunfo el año pasado en un grande, sexto en el Open Británico y segundo en el PGA. A los 43 años, Tiger no tiene tiempo para esperar más. El Masters, lo admite, es su obsesión.

El PGA Tour admite el pantalón corto para los entrenamientos

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Los cambios son lentos en el golf, y más en Estados Unidos, cuyo circuito, el PGA Tour, suele ser más reacio a las novedades que el europeo. El último ejemplo puede verse estos días en el World Golf Championship México y en el Open de Puerto Rico, los dos primeros torneos del circuito en los que el PGA permite el uso de pantalones cortos o bermudas en las jornadas de entrenamiento y en los pro-am. La medida, anunciada el lunes y celebrada por golfistas como Phil Mickelson, llega tres años después de que el circuito europeo ya abriera la mano con la misma iniciativa. "El uso del pantalón corto es algo que se ha debatido durante mucho tiempo y se decidió que la mejor manera de hacerlo era implementarlo en todos nuestros Tours de inmediato. Se realizó una encuesta entre los aficionados que indica un fuerte apoyo para tal cambio, y también se consultó a numerosos patrocinadores que consideraron que el cambio hará que los jugadores se relacionen más con los invitados pro-am", asegura el PGA en un comunicado.

El reclamo para adoptar esta medida en el circuito norteamericano era creciente para equipararse con la permisividad del europeo en la vestimenta masculina, al menos para los entrenamientos (en los torneos, en los dos circuitos, se ha de jugar con la etiqueta habitual). La normativa ya se rebajó para la vestimenta femenina. Marta Figueras Dotti, histórica exjugadora española y actualmente presidenta del circuito femenino europeo, recuerda que hace unos años no se podía llevar faldas o bermudas en EEUU más cortas de cuatro centímetros por encima de las rodillas. “Y hoy se llevan unas minifaldas estupendas, como en el tenis. La jugadora no sale del hotel a no ser que se vea mona, elegante”, dice Figueras Dotti. Las golfistas hoy, por ejemplo, pueden jugar sin mangas y con cuello, o al revés, pero no sin mangas y sin cuellos. Y sin recorte de centímetros.

Hace unos días, el inglés Tommy Fleetwood deslizó su propuesta de que en un futuro pudiera jugarse al golf en chándal. La osadía hizo reaccionar a la parte más conservadora de este deporte, que se niega a una alteración tan radical de la etiqueta. No parece que esa prenda vaya a permitirse, ni siquiera para los entrenamientos. Sí el pantalón corto, que ya ha entrado en el armario en Estados Unidos.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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