“La economía colombiana continúa ganando impulso, apoyada por marcos de políticas muy fuertes y una buena ejecución de sus políticas económicas”.
Esta fue la principal conclusión hecha por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en la más reciente revisión hecha del panorama económico y fiscal del país, publicado ayer por dicha entidad.
El primer subdirector gerente y presidente interino del Directorio Ejecutivo del FMI, David Lipton, dijo que “la política fiscal sigue anclada, en el mediano plazo, por la regla de déficit estructural y la política monetaria se rige por un marco creíble de metas de costo de vida que ha generado una inflación cercana su meta y unas expectativas de inflación ancladas”.
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Y anotó que “el sistema financiero continúa siendo sólido y la supervisión del sector financiero se está fortaleciendo aún más, incluyendo con la convergencia gradual a los estándares de Basilea III”, agregando que “la tasa de cambio flexible sigue siendo el principal mecanismo de ajuste a los choques externos”.
Esta revisión fue hecha en el marco de la línea de crédito flexible (LCF) que tiene Colombia, que podría desaparecer gradualmente en el 2020, por lo cual el Banco de la República ha venido acumulando reservas internacionales, para mitigar el efecto de la decisión.
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De hecho, según Lipton, “las autoridades (locales) continúan dando al acuerdo LCF un carácter precautorio y han tomado medidas proactivas para prepararse para una eliminación gradual, si los riesgos lo permiten, de la LCF en línea con el carácter temporal del instrumento”.
Además, el ente detalló que el país va bien e incluso ubicó su proyección de crecimiento del PIB para este año al mismo nivel que el Gobierno (3,6%), en tanto que prevé que en el 2020, el PIB del país aumente 3,7%.
Sin embargo, el fondo aún ve varios retos a corto y mediano plazo que deberá enfrentar el país. Entre estos se encuentran la fuerte expansión que ha tenido el déficit de cuenta corriente, sumado a que el país se mantiene expuesto a condiciones financieras externas, a través de la participación de extranjeros en el mercado local de bonos.
La dependencia que Colombia tiene de los precios del petróleo sigue siendo una alerta externa, en tanto que, a nivel local, el FMI ve como riesgo la migración desde Venezuela (y su impacto fiscal), para lo cual aseguró que, de no incrementar los ingresos tributarios, el país tendría que hacer recortes grandes en el gasto social, “lo cual afectaría el crecimiento y la reducción de la pobreza”.