Revista viernes


Los sueños cumplidos de Carlos Rivera

CARLOS RIVERA ADMIRA LA MÚSICA COLOMBIANA, EN EFECTO SU DISCO TIENE PRODUCCIÓN DE ANDRÉS CASTRO Y SE DECLARA SEGUIDOR DE MORAT, SANTIAGO CRUZ Y ANDRÉS CEPEDA

HEIDI LLANES

22 de marzo de 2019 12:00 AM

Este año comenzó con buenos pronósticos para el cantautor mexicano Carlos Rivera, quien no sólo lanzó el video de su tema “Sería más fácil”, si no que ofreció una presentación memorable en la versión 60 del Festival de Viña del Mar.

Tal y como lo advirtió en su presentación ante el “monstruo” de la Quinta Vergara, “soy mexicano, soy Carlos Rivera y hoy te vine a traer mi corazón Viña del Mar”, el artista cumplió y conquistó a ese público exigente en su primera vez en el histórico anfiteatro.

Gaviotas de Plata y Oro fueron el mejor reconocimiento ante una memorable demostración de que las metas están para cumplirse al igual que los sueños y que este momento es tan especial que sólo podía continuar con “Guerra Tour”, ese recorrido musical que lo ha llevado por varios países desde septiembre pasado y que culminará el próximo abril en Madrid.

Carlos Rivera indica que si bien en sus inicios soñaba con subirse a un escenario, cantar y tener un público que le apoyara, con el correr de los años ha entendido todo lo que puede hacer él desde su profesión como artista, ser alguien que puede compartir experiencias y tal vez con eso inspirar a otros a ser mejores personas, sobre todo para tratar de ser felices.

El cantante mexicano, identificado por su balada romántica, agrega que el camino que escogió le enseñó que los sueños si se cumplen, sin importar las circunstancias en las que se haya nacido o en las que se esté, si hay o no dinero, simplemente se debe escuchar el llamado del corazón cuando éste indica que vale la pena luchar.

Esa ha sido su bandera durante muchos años, justamente por descubrir que valía mucho más la pena ocupar los micrófonos para cantar cosas inspiradoras, dejar buenos mensajes y acompañar a su público en momentos de vida tanto buenos como malos, a partir de ahí indica, cobró un mejor sentido su vida.

El carismático artista nunca imaginó que ese sueño propio se iba a convertir en colectivo al incluir a toda la gente que le sigue, así se lo han hecho saber y sentir. Es un trabajo conjunto para lograr la meta.

Un trabajo inspirador

La vida en general, las historias de amor que no son limitativas, dan una y mil posibilidades para que Carlos Rivera de rienda suelta a la creación de una canción que pueda ser dedicada a quien más se desee, desde la pareja, un familiar y hasta a Dios.

Este tipo de canciones que rompen las barreras del género, de la edad, llevan a que el público sea general y en los conciertos vayan igualmente niños y adultos. Algo que lo emociona profundamente es ver a tres generaciones cantando sus temas y eso tiene que ver con este tipo de letras que todos entienden.

Son canciones de amor universal, como él mismo aclara, que cumplen su objetivo, adaptarse a la historia de cada uno, y una que no es necesariamente de su autoría, pero cumple con este modelo es “Recuérdame”, incluida en su álbum “Guerra”.

Los años de trabajo han sido el mejor escudo para Carlos Rivera, con ellos ha podido sortear el éxito y mantener los pies en la tierra. Los que más disfruta actualmente es recordar cómo ha llegado hasta aquí, de dónde viene, quién es y lo difícil que fue en algunos momentos pensar siquiera en la misión que había elegido.

Carlos es incansable, se entrega a su público hasta en una firma de discos, puede pasar horas en ese proceso con el aliciente de recordar el primer evento de ese tipo, cuando sólo se contaban catorce personas con el álbum en la mano, entonces agradece de infinitas formas lo bella que ha sido la vida con él.

Con una voz encantadora que se adapta perfectamente al género escogido, el mexicano creyó en la balada en tiempos de sonido urbano y ante esto agrega que fue en parte creer en una corazonada, no quiso escoger lo más fácil, es decir, lo que todos hacen, no se sujetó a la moda del momento y eso no se ajustaba a su objetivo que iba por una carrera para siempre.

En este trasegar ha tenido canciones que nunca fueron número uno, sin embargo, al día de hoy siguen generando millones de views, mientras que un hit sólo espera pasar de moda para caer en el olvido y pocos la vuelven a escuchar. A Carlos lo que más le importa es que cualquiera que sea el tiempo en que se escuche una canción suya, siga generando emoción.

Un álbum especial

El álbum y el tour, ostentan un nombre que da lugar a interrogantes. Entonces Carlos Rivera aclara que “Guerra”, como ha denominado a ambos es un homenaje, es su segundo apellido y era la mejor manera para nombrar a su madre, a quien llama su “maestra guerrera”.

Su nombre quedó artístico también, pero en algún momento tenía que hacer justicia a su mamá y encontró el momento para declarar una guerra de buenas letras, de excelente música y de ese apoyo familiar que le trajo hasta donde está hoy.

En este disco, el tema “Me muero” es muy especial, una letra que es de amor total, indica el artista, y que no necesariamente escribió para la historia que luego protagonizó el video, pero como aclara siempre, se trata de letras de amor universal, le quedan precisas a cualquier acto de amor.

Cuando empezó con la idea de dar amor a través de la vida y ésta con la donación de órganos, pudo advertir lo poco que se toca este tema, sobre todo, los tabúes que rodean esta necesidad y fue como pensó en que una historia bonita podía servir para concientizar, es así como insiste que su trabajo va más allá del cantante que suena en la radio y llena escenarios, la misión es llegar a los corazones y tocarlos.

Se define como un curioso de los sonidos, se demanda a sí mismo buscar cada vez otro tipo de melodías y letras, contar más historias. Ese interrogante de qué hacer surge después de cada trabajo, pero siempre surge una idea y se mantiene alerta de la vida, la gente y por esto que siempre tiene cosas renovadas.

Carlos Rivera ha estado en muchos frentes y como uno de sus grandes logros musicales, está el haber cantado al lado del desaparecido Juan Gabriel, antes había grabado un popurrí de música mexicana que fue escuchado por el “Divo de Juárez”, quien no dudó en hacerle la invitación. La experiencia fue inolvidable y es la que añoró siempre todo cantante mexicano.

Con respecto a la actuación, indica que en la actualidad no hay tiempo. Hizo por más de diez años teatro y le dio pausa a la música, ahora llegó la recompensa poniéndole un alto a su otra pasión, pero sabe que en cualquier momento llegará un papel que lo haga regresar a las tablas.

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