Si quisiéramos decirlo de la forma más sencilla, el cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de este órgano se multiplican sin control.
Si quisiéramos dimensionar el tamaño del problema destacaríamos que, según la Organización Mundial de la Salud, cada año se diagnostican 1,38 millones de nuevos casos y 458.000 muertes por cáncer de mama. El cáncer de mama es, por lejos, el más frecuente en las mujeres, tanto en los países desarrollados como en los países en vía de desarrollo, pero también ocurre en hombres: por cada 100 mujeres diagnosticadas, hay un hombre que lo padece. (Le puede interesar: Cáncer de Mama: en nuestras manos está la solución)
Si quisiéramos ganarle a esta enfermedad, tendríamos que tocarnos más. El autoexamen mamario cumple un rol de concientización respecto a nuestra anatomía y salud, y es fundamental realizarlo periódicamente para detectar cualquier anomalía a tiempo, pues un diagnóstico oportuno puede hacer la diferencia entre ganar y perder la batalla.
El oncólogo clínico Carlos Osorio, gerente de la clínica Bonadona de Barranquilla, recomienda que todas las mujeres se realicen el autoexamen de mama a partir de los 20 años. “En la Costa Caribe encontramos casos de mujeres menores de 30 o 25 años con cáncer, así que es importante comenzar a estar alertas desde jóvenes”, asegura.
“Todo tipo de cáncer tiene 4 estadios. Si uno detecta esta enfermedad, específicamente el cáncer de seno, en etapa 4, cuando el tumor se ha diseminado por todo el organismo, la tasa de curación prácticamente es 0%, pero si se detecta en etapa 1 la tasa de curación oscila entre el 70 y el 100%. Además, los estadios 3 y 4 necesitan mucho tiempo y sacrificios del paciente para curarse”, explica. (Mire además: ¿A qué edad debería empezar sus mamografías?)
62.627 casos de mujeres con cáncer de mama registró la Cuenta de Alto Costo (CAC) en Colombia en 2019. El 7,75% correspondió a casos nuevos, reportados entre 2018 y 2019. En ese mismo periodo hubo 2.483 muertes.
Bolívar fue el segundo departamento con mayor proporción de casos nuevos reportados de cáncer de mama: tuvo 23,10 casos nuevos por cada 100.000 habitantes y fue superado solo por Antioquia (con 26,70).
Leonor María Mosquera Mejía, 30 años.
Chibolo, Magdalena. Paciente Coosalud EPS.
Leonor fue diagnosticada hace cuatro años con cáncer en su seno izquierdo. Entonces, estaba lactando a su segundo hijo y, en uno de los autoexámenes que su mamá tanto le recomendaba, descubrió “una bolita” en su pecho. Los días pasaron y aquella bolita creció, por lo que Leonor consultó al médico. Cuando la diagnosticaron, se dieron cuenta de que el cáncer era agresivo y también de que estaba embarazada de su tercer hijo, así que le recomendaron interrumpir su embarazo. La decisión se dilató y cuando finalmente decidieron que sí había que interrumpirlo, ya Leonor tenía cinco meses de gestación, así que decidió tener a su bebé. Los médicos esperaron hasta poco más de seis meses y, el mismo día que le hicieron la cesárea, le extrajeron el tumor. Hoy Samuel, su bebé, tiene 4 años, el cáncer está controlado y ella espera por una reconstrucción del seno mientras le agradece a Coosalud por un trato, sobre todo, humano. Su mamá, diagnosticada dos años después de ella con cáncer de seno, murió hace un mes por esa enfermedad. Se llamaba Malvina Rosa... “Ella fue un ángel, sin su presencia no hubiera podido con esta enfermedad”, concluye.
Claudia Juliana Saavedra Celis, 38 años.
Bucaramanga. Paciente Coosalud EPS.
Un día a Claudia le regalaron un paso a paso del autoexamen de mama y ella lo puso en su baño. Después, vio el instructivo, decidió tocarse y sintió un bultito que ella describe como “una lentejita” a la que no le dio importancia. “Debe ser cualquier cosa, quizá será todavía por el periodo”, pensó, pero seis meses después la “lentejita” había crecido, por lo que finalmente decidió consultar al médico. Después de una mamografía, ecografías y otros exámenes, un oncólogo le diagnosticó cáncer y le dijo que quizá sería demasiado tarde: había tardado mucho en pedir ayuda. “Gracias a Dios no había metástasis y empezamos con quimioterapias para reducir el tumor antes de operar, me hicieron la cirugía en 2017”, recuerda Claudia, al tiempo que explica que su diagnóstico le sirvió para mejorar sus hábitos. Sigue en tratamiento y chequeándose constantemente, pero ahora está más tranquila y esperanzada. “A las personas que están pasando por esto, no se dejen llevar de la depresión. Uno siente temor a la muerte, pero es importante tener esperanza y apegarse al tratamiento”, asegura.
Comentarios ()