Política


¿Cuál es el futuro político del alcalde William Dau?

Politólogos y analistas hablan del panorama del alcalde de Cartagena de cara a futuros procesos políticos y de las personas que lo rodean.

La de William Dau Chamat fue una campaña inusual en la carrera por la Alcaldía de Cartagena. A través de sus redes sociales, con su movimiento Salvemos a Cartagena, los mensajes contra la corrupción y contra distintos representantes de casas políticas tradicionales calaron en muchos jóvenes, que a su vez impulsaron a familiares a votar por él en las elecciones regionales del 27 de octubre del 2019, como el mismo autodenominado Tractor lo reconoció.

Desde entonces, son múltiples los enfrentamientos que ha tenido con distintos sectores. Los desencuentros con los concejales no se hicieron esperar, aunque hay que destacar que en este primer periodo de sesiones ordinarias de la corporación en el 2021, la situación ha dado un vuelco y las anunciadas trompetas de paz de parte y parte se han escuchado. Mientras que en algunos sectores genera amores por su lucha contra la corrupción y la forma como ha manejado la ciudad en medio de la pandemia, en otros lo rechazan y le piden que gestione más.

El analista César Caraballo Reinoso, muy conocido a nivel nacional, señala que el burgomaestre ha intentado hacer las cosas bien, pero cree que le falta un mejor equipo y también capacidad técnica.

Pero, después de más de un año al frente de la Alcaldía de Cartagena, ¿cuál es el capital político de William Dau?

Orlando Higuera Torres, director del Programa de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Tecnológica de Bolívar, opinó al respecto.

“El capital político que tiene el alcalde es relativo. En este momento mucha de la ciudadanía que votó por él tiene aún una imagen positiva por sus luchas contra la corrupción y las peleas que ha cazado contra la clase política tradicional, lo que llamaríamos coloquialmente como efecto teflón”, dijo.

Futuro

Así mismo, se refirió a la situación del alcalde de cara a las próximas elecciones a Presidencia y Congreso el año próximo, aunque Dau ha señalado en reiteradas ocasiones que ha cerrado la puerta a distintos sectores políticos que han ido a tocarle la puerta.

“Es necesario reconocer que las dinámicas electorales en Cámara y Senado no necesariamente verán reflejado este capital político, que depende en buena medida del carisma del alcalde. Es necesario recordar entonces que el alcalde no debe presentar a nadie como ‘su’ candidato al Senado o a la Cámara, ni publicar nada relacionado a un candidato en sus redes sociales, porque existe una prohibición expresa a que alcaldes y gobernadores participen en política electoral. Por eso no deja de ser curioso que en la reunión que sostuvo el alcalde con el directivo del partido Alianza Verde, Antonio Sanguino, estuviera presente la señora Lidy Ramírez, quien al parecer tiene intenciones de presentarse como candidata a la Cámara. El alcalde no debe participar en política, pero tampoco debe parecer que estuviera haciéndolo”, dijo Higuera.

Pese a lo que señala, allegados al alcalde aseguran que Lidy no estuvo en esa reunión, aunque sí la mencionaron.

Habrá que ver cómo maneja esta difícil situación el alcalde, teniendo en cuenta que desde un principio de su mandato ha demostrado que es una de sus personas de confianza y que incluso estuvo en su equipo de gobierno como asesora en temas contra la corrupción, aunque luego tuvo que apartarla tras varios inconvenientes con su hoja de vida.

“Con respecto a una futura aspiración del alcalde a otro cargo de elección popular, esto presenta una paradoja, que no es exclusiva del alcalde sino de todos los movimientos que proponen una ruptura con el statu quo. ¿Generar procesos de continuidad de sus políticas implica jugar el mismo juego que los políticos tradicionales? Este es uno de los grandes interrogantes de este tipo de movimientos. ¿Perfilar a un futuro candidato sería traicionar sus planteamientos o por el contrario es una manera de garantizar la continuidad de sus políticas? Y al respecto probablemente no encontremos un consenso. Encontraremos posturas que señalan que este debe ser un proceso orgánico que surja de la ciudadanía y otros que consideran que perfilar candidatos es algo deseable.

“En el caso específico del alcalde aún es muy temprano para predecir una futura aspiración a otro cargo. Tendríamos que contemplar cómo termina su mandato, la favorabilidad que tenga y por supuesto sus deseos. Pero entraría en una arena completamente distinta a la que se acostumbró en esta campaña, donde cimentó su fuerza electoral en los debates y en la diferenciación con otros candidatos”, concluyó Higuera.

Otra postura

Respecto al capital político de Dau, otra es la postura que tiene el politólogo Carlos Arias, docente de la Universidad Externado.

“El actual alcalde de Cartagena está posicionado en un sector popular, que tiene acceso y cree en los mensajes de redes sociales digitales sin mayor rigor de análisis crítico comparado con la gestión de Dau. Gran parte del pueblo cartagenero, que pertenece a los estratos medio y bajo se siente identificada con lo que el escritor Mario Vargas Llosa tituló en un ensayo, la civilización del espectáculo, que exacerba emociones alrededor de la indignación y acciones de gobierno de corto plazo y no de la gestión de políticas públicas de mediano y largo aliento. Dau también tomó la decisión de arroparse detrás del manto de la víctima y el perseguido político de las familias y apellidos que han permanecido en el poder político de la ciudad y excusar su pobre gestión en los obstáculos que le han puesto sus contradictores.

“A pesar de que le quedan dos años, difícil será revocarlo en este momento político, no habrá sustanciales avances y cumplimiento de sus promesas porque nunca entendió o quiso asumir el rol del ejecutivo y porque se quedó en la zona de confort y del aplauso del que señala los problemas”, dijo Arias.

Así mismo, añadió: “El ambiente político en Cartagena es propicio para otro populismo, pero ahora de derecha y/o para que el poder llegue de nuevo a una alianza de la tradicional política cartagenera con una figura relativamente nueva y con un poco más de preparación técnica para asumir el rol de un político con visión ejecutiva de la ciudad”.

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