La mayoría de cartageneros en edad de votar es indiferente ante las elecciones populares de alcalde. En 2018 la participación electoral fue muy baja, del 23%. La próxima vez que usted se suba a un Transcaribe repleto, piense que la proporción de votantes en Cartagena equivale aproximadamente a la proporción de pasajeros que alcanza a ir sentada en el bus.
¿Por qué la indiferencia frente a la elección de alcalde? Por un lado, la desinformación hace que muchos ignoren la trascendencia del acto electoral. Estos votantes “despalomados”, en general, consumen pocas noticias locales, y aducen carecer del tiempo o el interés para excusar su falta de compromiso cívico. Las preocupaciones políticas les resbalan y tienen los ojos vendados con ignorancia.
Otros se abstienen de votar por la razón diametralmente opuesta: porque saben demasiado sobre el sistema. Estos votantes han tenido que vivir frustraciones cuando desperdiciaron energías apoyando un candidato que no funcionó. Saben muy bien que no se pueden lograr transformaciones radicales ni arrancar de tajo la corrupción, porque es imposible gobernar sin negociar con el Concejo o con las casas políticas, perdiendo así toda la tracción de las intenciones nobles iniciales. Se les puede reconocer porque suelen exhibir posturas cínicas ante los candidatos demasiado idealistas o soñadores. El resto de cartageneros representa una masa potencialmente grande, sobre todo entre la población joven, que sí vive y siente la ciudad. A estos jóvenes los atrae la independencia y la vitalidad de los atletas de élite y de las celebridades del internet, a quienes tratan de emular. Uno ve a diario a las nuevas generaciones rompiéndose el lomo en las calles de la ciudad. Unas veces traen ojeras y visten uniformes de estudiante de medicina. Otras, madrugan a entrenar a una pista atlética con atuendos de alguna selección Bolívar. En las universidades, se les ve dedicados con disciplina a estudiar hasta siete materias mientras trabajan por las noches o se rebuscan la matrícula con negocios independientes.
Si de verdad uno percibe que hay tantos jóvenes despiertos en Cartagena ¿por qué los números no reflejan ese mismo volumen? Nos pasa con el porcentaje de participación electoral como con el censo oficial de población: las cifras que arroja nos toman por sorpresa por lo bajitas.
Este 27 de octubre los jóvenes cartageneros tienen una oportunidad única de hacerse notar, saliendo a las urnas. Aprovechen estos días que faltan para informarse sobre las propuestas de los candidatos. Luego consigan en Google la “Ruta estratégica para dónde vamos” que elaboró Cartagena Cómo Vamos y úsenla si deciden que su voto sea informado y no visceral.
Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB ni a sus directivos.
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