Ver las aguas del río fundirse con las del generoso mar, su dilución gradual en el espacio común que nace, lo asemejo a los procesos de confluencia política que acercan a los enfrentados, comprometidos con un interés superior que sin más dilación exige la unión.
Y es así porque la posibilidad de superar el conflicto de lo nuevo y lo tradicional, exige la inteligente construcción de confianza, una tregua a las lenguas, el respeto recíproco para que, sin obstáculos, las obras redentoras se realicen y dinamicen la sociedad con empleo, inclusión y amor, satisfactores que den vuelo a la esperanza que crecerá al ritmo de las soluciones. No todo son tecnicismos.
Como el optimismo es hermano del anhelo, así me siento al rememorar la instalación de sesiones ordinarias del Concejo, donde con honradez y decisión las cartas se pusieron sobre la mesa. El alcalde les habló y extendió su mensaje a la ciudadanía. Ante la intolerancia social un nuevo trato, no más darse duro, tiempo de unidad Concejo-Distrito para realizar, cada quien aportando lo suyo, la Cartagena Resiliente del Plan de Desarrollo que, entre otras, fue construido con la gente y entre ambos. Eso sí una relación sin prebendas, OPS, ni contratos.
Superando un año difícil de conflictos, pandemia e inundaciones, desempleo e informalidad, con un 19.23% de cumplimiento del Plan de Acción en 2020, Dau afirmó que este será el año de las obras y la generación de empleo para enfrentar la pobreza y formalizar el trabajo. Habrá inversión en la deteriorada malla vial, en infraestructura, servicios en la zona rural, en el piedraplenado de Barú, en la recuperación de La Bocana, la relimpia del caño de Juan Angola, el centro de atención de fauna y el de alto rendimiento del Caribe, entre otras.
Se refirió a los proyectos de acuerdo a presentar, mesas de trabajo con los concejales para la modernización del Distrito, reactivación económica, transparencia, a pensar en Cartagena por encima de todo. En el mensaje incluyó a los gremios y la academia al recalcar que la política cambió para siempre, que es la hora de las relaciones dignas, armoniosas y cordiales, sin arreglos, prebendas o componendas. Invitó al Concejo a participar en el combate a la corrupción y el clientelismo, ver la Cartagena inimaginada con megaobras que nos acerquen al pleno empleo y baje los niveles informalidad.
El llamado al Concejo y Distrito a trabajar Juntos para Salvar a Cartagena, además del aplauso sincero, generó la complacencia y confluencia de Wilson Toncel, presidente de la Duma, quien llamó a hacer del pasado solo eso, el pasado como aprendizaje; dejar las diferencias y construir juntos una ciudad con esperanza, sin desigualdad y con justicia social.
Con grandeza, si la paz es necesaria la unidad siempre será posible.
*Abogado ambientalista y comunicador.
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