Los múltiples cambios que han traído las dinámicas propias de la ciudad en los últimos años evidencian que nuestros modelos de planeación se han quedado cada vez más rezagados u obsoletos.
Aunque la ciudad cuenta con tres localidades geográficamente delimitadas, vemos que la realidad nos plantea que su conformación está llena de vacíos que han dado pie a serios problemas que se reflejan en pobreza, amenaza a nuestro patrimonio y falta de políticas públicas bien direccionadas, que sean conformes con quienes allí habitan. En ese contexto priman las incongruencias y un marcado desorden que llaman a una pronta reorganización de nuestra Cartagena.
Si bien es cierto que la Ley 768 de 2002 y la Ley 1617 de 2013, la cual expide el llamado Régimen para los Distritos Especiales, plantea los requisitos que deben cumplir las zonas que conforman una localidad, la realidad dista de que tales propósitos se cumplan.
Según el Capítulo IV del Régimen para los Distritos especiales, es fundamental que las localidades estén conformadas “de acuerdo con las características sociales de sus habitantes, con homogeneidad relativa desde el punto de vista geográfico, social, cultural y económico”. Y que se garantice que “la comunidad o comunidades que residan en ellas se organicen, se expresen institucionalmente y contribuyan al mejoramiento de sus condiciones y calidad de vida”. Pero, ¿por qué reinan el caos y la desorganización?
Es por eso que planteo conformar una localidad corregimental que reúna de manera exclusiva a todos los corregimientos de nuestra ciudad (tanto continentales como insulares), caracterizados por el olvido histórico al que se han visto sometidos, y siendo conscientes de que una planeación adecuada nos permitiría generar un impacto positivo sin precedentes.
Además, otra localidad que reúna a aquellas zonas que por su condición turística, sus espacios y monumentos emblemáticos, así como su vocación comercial, sea epicentro de políticas públicas que permitan un mayor y más provechoso afianzamiento de este sector. Estas dos nuevas localidades concentran el principal enfoque de mi proyecto. Mientras que una reuniría a los barrios que pueden tener un mejor despliegue turístico, con mayor organización y políticas concretas; la otra comprendería una zona no menos importante: nuestros corregimientos.
La Localidad 4 (Histórica y Turística) quedaría conformada por: Bocagrande, Castillogrande, Centro, Chambacú, El Cabrero, Crespo, El Cabrero, El Laguito, Getsemaní, La Matuna, Manga, Marbella, Pie de La Popa, San Diego, Pie del Cerro y Torices.
Y la Localidad 5 (Insular y Continental), por todos los corregimientos de la ciudad.
Es cuestión de dejar de ser simples observadores pasivos y actuar desde nuestro rol como ciudadanos. En mi caso, como concejal de mi ciudad. Son bienvenidos los aportes. La propuesta está sobre la mesa.
*Concejal de Cartagena
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