Columna


El dilema del casco

JAVIER RAMOS ZAMBRANO

24 de enero de 2021 12:00 AM

Desde ayer el DATT empezó una serie de operativos en Cartagena para sancionar a quienes no cumplan con la nueva reglamentación del uso correcto del casco, dispuesta por el Mintransporte. Una norma que seguramente no provocará muchos inconvenientes en Bogotá, donde se expidió, pero que en Cartagena genera un dilema social porque el mototaxismo, aunque informal, sigue siendo, junto con Transcaribe, el medio de transporte más usado en los sectores populares, antes y durante la pandemia del COVID-19.

Sería irresponsable de mi parte calificar esa medida como absurda, cuando lo que en principio se quiere es preservar la vida; sin embargo, valdría la pena un análisis más amplio por parte de las autoridades de movilidad y salud con relación al otro riesgo, al de la propagación del virus, por el que se vienen tomando medidas para contenerlo. Por ejemplo, el alcalde William Dau suspendió los viernes sin moto porque fue consciente de que el servicio de transporte público colapsa esos días, lo que resultaba en más aglomeraciones.

La mayoría de los acompañantes de los mototaxistas (parrilleros) dejaron de usar el casco para evitar de algún modo el contagio, pues aunque viajan a menos de dos metros, intentaban hacerle el quite al virus llevando el tapabocas y sin hablar en el trayecto.

En Cartagena hay más de 67 mil motos matriculadas, la mayoría usadas para el mototaxismo. Además, motociclistas de pueblos vecinos vienen a buscar el sustento diario acá. Ha sido un dolor de cabeza para las autoridades controlar las cientos de infracciones que diariamente se cometen; para rematar tendrán que estar ahora muy pendientes de que conductor y parrillero tengan “el sistema de retención del casco asegurado por debajo de la mandíbula, sin correas rotas, broches partidos o incompletos. No podrán portar teléfonos que se interpongan entre la cabeza y el casco. En el caso de cascos que tengan cubierta facial inferior movible, deberá estar fija en la parte inferior del rostro y asegurada al conducir la motocicleta”.

Sabemos que el año pasado en Cartagena fallecieron 49 personas en accidentes con moto, 1.093 resultaron lesionadas, pero es difícil conocer cuántas se contagiaron o fallecieron por coronavirus tras viajar en estos vehículos. En junio, la Secretaría de Salud de Barranquilla hizo 439 pruebas rápidas de COVID a mototaxistas de la Arenosa: 90 dieron positivo y fueron aislados. En Cartagena no encuentro registros al respecto.

Sin duda que ponerse el casco, si no es propio, puede ser un foco de contagio en la ciudad. Qué dilema, especialmente para el parrillero. Lo más recomendable sería que cada quien compre un casco. Amanecerá y veremos...

*Periodista. Magíster en Comunicación. Twitter: @javieramoz.

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