Columna


Detox de redes sociales

“La falsedad de las redes cansa y pienso que es bueno hacer un detox o descansar de ellas por raticos. Darnos un respiro (...)”.

DIANA P. NAVARRO G.

21 de septiembre de 2019 12:00 AM

Un día cualquiera en junio, no siendo la primera vez que lo hacía, decidí borrar la aplicación de Instagram de mi celular para hacer lo que para mí era un detox de redes sociales. A pesar de haber activado alarmas y bloqueos en la aplicación para solo poder verlo cierto tiempo al día, usualmente me pasaba y gastaba la mayoría de mi tiempo pegada viendo cómo otros quieren que veamos cómo viven. Estaba cansada. Pasar el tiempo viendo foto tras foto editada, manipulada, cero espontánea (a pesar de que diga “casual”), me estaba consumiendo más de lo que yo habría querido y preferí dejar de hacerlo. Lo que no sirve que no estorbe, ¿no?

Teniendo un poco de tiempo libre y pretendiendo distraerme un poco, me volví a bajar la aplicación de Instagram y una vez más, estoy pegada. Lo triste de haber estado dos meses perdida de las redes, es que no me perdí de nada.

Dos meses parece bastante tiempo, pero aparentemente no lo es. Volví y estaba sucediendo lo mismo. Aunque aprendí, que la solución no es evitar las redes sociales, es saber manejarlas.

Este momento en que he regresado a las redes, es una época un poco complicada. Además de las fotos de viajes y felicidad ficticia que proyectan muchos, estamos en plenas campañas políticas. El feed del Instagram se compone de muchas personas saludando, abrazando, sonriendo y compartiendo con personas de diferentes estratos, todo por ganarse el voto. Muchos que, estoy segura, una vez terminen las campañas, no volverán a merodear por esos lugares ni mucho menos saludarán con esa admiración. Pero bueno, es parte del papel “político” que tienen que jugar.

Las redes sociales tienen que ser manejadas con mucha discreción. Es importante saber diferenciar fotos y mensajes reales de aquellos que son demasiado orquestados. Pero ¿cómo hacerlo?

Hasta quien no vive de Instagram o redes sociales, solamente sube las mejores fotos o donde más felicidad proyecte. Yo lo hago. Es lo normal. Cada uno ve lo que quiere ver.

Hoy en día tenemos tan fácil acceso a tanta información que no sabemos cómo manejarlo. En los dos meses sin Instagram, redireccioné mis intenciones a buscar mi información de otras fuentes. Dejé de estar enterada de la vida de los demás (a veces sé más de la vida de los que conozco personalmente) y opté por regresar a las redes, para disfrutar de solamente lo que quiero ver (que hoy en día es principalmente cuentas de decoración de casa).

La falsedad de las redes cansa y pienso que es bueno hacer un detox o descansar de ellas por raticos. Darnos un respiro. Todo que sirva para entender que no es que no las podamos usar, sino que debemos aprovecharlas mejor y entender que es una ventaja poder dejar de seguir a quienes no conocemos o no queremos ver.

*Abogada

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