Columna


Cinco puntos y un nuevo alcalde

En la Casa del Niño, el único hospital pediátrico con que cuenta la ciudad, se registran entre uno y dos casos diarios de abuso sexual.

LUIS ALBERTO PERCY

20 de septiembre de 2019 12:00 AM

Se avecinan las próximas elecciones para alcalde de Cartagena y los candidatos están en plena campaña, buscando a través de la actividad política conseguir el número de votos necesario que los lleve hasta el Palacio de la Aduana, sea quien sea el que gane y con el deseo de que gane el mejor, escribo hoy esta columna recordándoles la necesidad que tiene la ciudad de mejorar sus indicadores de salud y la urgencia que tenemos los habitantes del Corralito de Piedra de que se ponga dentro de la agenda del nuevo alcalde algunos temas que desde el sector salud son de interés para todos.

Estos temas se podrían incluir en cinco puntos que afectan las condiciones de vida de los cartageneros y de que a pesar que se vienen trabajando deben fortalecerse y quedar incluidos dentro del plan de gobierno del próximo gobernante.

El primero tiene que ver con la problemática del abuso sexual a menores de edad. Las cifras de este flagelo van en aumento y tenemos la obligación de prevenirlo, controlarlo y castigarlo. En la Casa del Niño, el único hospital pediátrico con que cuenta la ciudad, se registran entre uno y dos casos diarios de abuso sexual. Durante los últimos cuatro años la cifra de niños atendidos en este hospital supera los mil y no sabemos cuantos no llegan hasta el sistema de salud y permanecen en sus casas víctimas de sus agresores.

El segundo punto es un drama que vive la ciudad desde el 2017 y que se relaciona con el problema social generado por la crisis migratoria desde Venezuela. Los hermanos venezolanos están llegando desprotegidos, sin trabajo y con una política de puertas abiertas desde Colombia que los acoge pero que no los protege. Las Urgencias de Cartagena están colapsadas por esta nueva avalancha de pacientes y no hay recursos para atenderlos, la cooperación internacional pareciera estar mas concentrada en el ruido mediático que en la solución del problema y los escasos recursos que han llegado se han destinado a otras regiones, dejando de un lado a Cartagena y Bolívar. Sin temor a equivocarme, creería que hoy los tres hospitales que atienden a la población más necesitada de la región tienen más de un 20% de su capacidad instalada destinada a la atención de los migrantes y los recursos que han recibido para atender esta situación son prácticamente nulos.

El tercer punto está relacionado con la falta de infraestructura del sistema de salud, necesaria para atender a cartageneros, bolivarenses y venezolanos. En nuestra ciudad hay déficit de camas hospitalarias, de camas de Urgencias, de camas de UCI, de ambulancias, de médicos y de recursos. ¿Cómo atender de manera adecuada a una población que ha aumentado en los últimos tres años de manera importante con una red de atención que ha disminuido en número de camas y en donde el último quinquenio no ha habido una inversión en el sector salud realmente representativa y que sea acorde al crecimiento poblacional? En Cartagena tenemos coberturas de aseguramiento para los locales cercanas al 100%, pero no tenemos una red adecuada para atenderlos.

El cuarto punto es la suma de tres factores que lentamente están cambiando el perfil epidemiológico de las atenciones en los servicios de Urgencias: farmacodependencia, pandillismo y violencia social. Cada vez son más las atenciones asociadas a problemas psiquiátricos derivados del uso de estupefacientes, con el agravante que la ciudad no tiene una red de atención para pacientes psiquiátricos que abarque la demanda creciente de estos servicios. Ni qué decir de las atenciones asociadas a trauma vehicular (mototaxismo) y heridas por arma blanca y por arma de fuego, que son el día a día de las Urgencias hospitalarias y que en gran medida se podrían prevenir.

Por último, el quinto punto podría resumir todos los anteriores y solucionarlos a la vez, y es que Cartagena no tiene un Plan Maestro de Salud para el corto, mediano y largo plazo, que prevea el desarrollo y la solución de toda la problemática asociada a los servicios sanitarios. La inestabilidad generada por el gran número de alcaldes que ha tenido la ciudad en los últimos años no ha permitido el desarrollo de un plan que proyecte los servicios hospitalarios para los años venideros, todo lo hemos hecho a retazos, sin un norte y obviamente con unos resultados bastante desalentadores. La salud de la ciudad hoy está en crisis y ojalá que el nuevo alcalde tenga este tema dentro de sus prioridades

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