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Dosis de Moralina

Se cae por su propio peso el argumento que traslada toda la culpa a los ciudadanos por contagiarse, como si fuera esta la única razón.

18 de abril de 2021 Por: Vicky Perea García

El término “Moralina” fue usado por el escritor Jaír Villano en su columna del 15 de abril, en El Espectador, para referirse a ese facilismo discursivo que “concede la culpa del aumento de los casos de virus a la irresponsabilidad de ciertos ciudadanos”.

Claro que resulta más sencillo atribuir la responsabilidad plena por los contagios a los ciudadanos, esa masa indeterminada e informe que resiste toda la tinta capaz de correr por las plumas. Y no a aquellos cuya función era gestionar las vacunas.

Es elitismo vedado el “quédate en casa y no seas irresponsable”, ese mirar por encima del hombro al que no tiene más opción que salir a rebuscarse la vida, a llenar Transmilenios.

Se ve mejor culpar a esos “bárbaros” que salen de casa, y mandan a los hijos a alternancia, y tras un año de confinamiento domiciliario necesitan aire para no caer en el síndrome del ‘burnout’, que pedirle cuentas al gobierno de turno.

Para los que tenemos más de 40 años, por ejemplo, la vacuna llegaría “si Dios quiere, en diciembre”, según explica un experto. Es decir que lo más probable es contraer en algún punto la enfermedad antes de diciembre, o de enero, o cuando “Dios quiera”.

Quienes pueden se vacunan por fuera del país, y están en todo su derecho legal de buscar su mayor bien. Los adultos mayores también son vacunados como justa y necesaria prioridad. Pero si los que no cabemos en una u otra categoría nos enfermamos, estamos condenados a engrosar la casilla de los colombianos “irresponsables”.

Se cae por su propio peso el argumento que traslada toda la culpa a los ciudadanos por contagiarse, como si fuera esta la única razón. Y no la pésima gestión gubernamental para conseguir el número necesario de vacunas y aplicarlas de manera eficiente, en un plazo óptimo.

Sorprende la falta de resultados, cuando de jerarquía global se trata, y en cambio la facilidad para aplicarle IVA al agua de la llave, y hasta a los funerales. Faltos de liderazgo, hacia afuera; pero hacia adentro un establecimiento de voracidad implacable, de eficiencia fantástica para desangrar a independientes y clase media.

Así que ya lo saben, no vacunados, si se enferman en los próximos días o meses, les dirán que es por “irresponsables”. No por el país en que viven, ni por los líderes que los representan, ni por la corrupción, ni por las gestiones de su gobierno. Aquí lo único que se les repartirá, y pronto, son buenas dosis de Moralina.


Sigue en Twitter @PGPaolaGuevara

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