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Desempleo y pandemia

Los porcentajes son números fríos que esconden la tragedia de 1,57 millones de personas que empezaron mal el año nuevo perdiendo su empleo y sus ingresos.

7 de marzo de 2021 Por: Vicky Perea García

Enero siempre ha sido un mes difícil para el empleo. Después de las fiestas decembrinas que generan mucha ocupación temporal para responder al aumento de la demanda por los viajes, celebraciones y la explosión de las compras navideñas, viene la resaca de la cuesta de enero, donde mucha gente se da cuenta que gastó más de lo que tenía y se aprieta el cinturón. Los negocios vuelven a su ritmo normal y se despiden miles de trabajadores temporales.

Este comportamiento estacional se refleja en las cifras del Dane que cada enero muestran, con respecto a las cifras de diciembre, un aumento de la tasa desempleo (en promedio un 2,7 puntos porcentuales en la última década) y una disminución equivalente en la tasa de ocupación.
Este enero se agrandó la diferencia, y el desempleo aumentó casi 4 puntos respecto a diciembre de 2020, llegando a un asustador 17,3%, el segundo peor registro para este mes en lo que va corrido del siglo, con excepción del 2002 donde alcanzó el 17,9%. Respecto del mismo mes del año anterior la tasa de desempleo aumentó 4,3 p.p., también uno de los mayores aumentos de este siglo. La situación es peor en las 13 ciudades más grandes del país, en las que el desempleo llegó al 19,5%

Los porcentajes son números fríos que esconden la tragedia de 1,57 millones de personas que empezaron mal el año nuevo perdiendo su empleo y sus ingresos. De estas 938.000 fueron mujeres y 39.000 hombres, es decir que 6 de cada 10 nuevos desempleados fueron mujeres. Por eso la tasa de desempleo femenino es de 22,7% mientras que la de los hombres es mucho menor, 13,4%.

Varios analistas culpan de esta caída del empleo a la nueva cuarentena y los cierres de actividades económicas que se decretaron en enero para controlar el gran aumento de contagios y muertes por covid producido por los excesos de diciembre. No es del todo cierto.

La actividad económica en la que más se perdieron empleos, comparando con enero del año anterior, fue la industria manufacturera, con más de 400.000. Es claro que la industria no fue afectada por los toques de queda ni por la ley seca. Por el contrario, aunque se esperaría que el comercio sufriera más por las restricciones, fue uno de los pocos sectores que registró un aumento en el número de personas ocupadas (44.000). Los otros dos sectores que sacaron la cara fueron construcción y servicios públicos, donde la demanda está garantizada por los subsidios estatales.

La hipótesis alternativa, por lo menos para la industria, es la falta de demanda, pues en el 2020 sus ventas cayeron 8%. En sectores como restaurantes, hoteles o entretenimiento es una mezcla de las causas: les afectan las restricciones, pero también venden menos por el autocuidado de la gente o su falta de dinero para viajar o salir de rumba.
Mientras la gente no vuelva a tener ingresos suficientes, y sus ingresos, y no se recupere la demanda, la reactivación será lenta.

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Adenda: 6402 jóvenes colombianos ya no están buscando empleo. Cuando lo estaban buscando les ofrecieron ir a coger café y otros posibles trabajos. Partieron ilusionados en conseguir algún ingreso para sus familias y fueron vilmente asesinados para mostrar resultados y cobrar unas recompensas. Su sangre clama justicia y saber quién dio la orden.

AHORA EN Mauricio Cabrera Galvis