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¿Alta estrategia?

En menos de una semana el gobierno de Estados Unidos ha tomado tres decisiones de altísima significación para el hemisferio y, puede ser, para el mundo.

3 de abril de 2020 Por: Fernando Cepeda Ulloa

En menos de una semana el gobierno de Estados Unidos ha tomado tres decisiones de altísima significación para el hemisferio y, puede ser, para el mundo. En primer lugar, las acusaciones del Departamento de Justicia contra catorce importantes funcionarios del ‘gobierno’ de Maduro, el mismo descalificado como narcoterrorista. Igual designación se adoptó el 11 de Septiembre contra Bin Laden y, más adelante, contra las Farc. Ambas tuvieron resultados innegables. La segunda decisión, el 31 de marzo, señala un camino para que Venezuela se reencuentre con la Democracia. El denominado ‘Marco Democrático para Venezuela’. No es un documento emanado de las diferentes Mesas o intentos de diálogo que han tenido lugar en los últimos años; tampoco de los grupos de países que se han ocupado del tema; ni siquiera de la OEA o la Unión Europea. Lo elabora y anuncia el Departamento de Estado. Es el complemento político de las acusaciones que hace el Departamento de Justicia. Y, el martes 1 de abril, el Presidente Trump rodeado del Establecimiento Militar más poderoso del mundo, ofrece el complemento armado de esta estrategia, o sea, anuncia un despliegue naval, aéreo, etc., para controlar el masivo tráfico de drogas que desde Venezuela y, según el Departamento de Justicia, con la connivencia del ‘gobierno’ venezolano, le está causando a Estados Unidos más de 70.000 muertos al año.

Justicia, Política y Fuerza Militar, en ese orden, constituyen la respuesta de Estados Unidos a la amenaza que hoy representa Venezuela para su seguridad y, sobra decirlo, para la de Colombia.

¿Y cómo es que después del tremendo anuncio que hace el Presidente Trump a sus conciudadanos para que se preparen para los próximos quince días que califica como los más difíciles, por razón del coronavirus, al día siguiente complica aún más la situación con una operación militar de inmensas proporciones?

¿Es que acaso el coronavirus, su descomunal impacto económico, el tema del petróleo y la crisis de precios que surgió cuando el virus se convertía en una pandemia, van juntos? ¿Y agravan, aún más, el tráfico de drogas ilícitas? Colombia: su seguridad nacional está afectada en forma máxima por la situación venezolana, que no puede ser peor.

No sobra recordar lo que dicen los expertos en la cuestión petrolera. La pandemia y la guerra de precios del petróleo han llevado los mercados de energía a una crisis que se habría descartado como indispensable a comienzos de este año. Hay un colapso de la demanda. Y Estados Unidos, que en virtud del fracking pasó de ser el principal importador de petróleo a ser el mayor exportador, ha sido duramente afectado. (Foreign Affairs, Daniel Yergin, 2 de abril, 2020). El mismo autor añade que el coronavirus hizo bajar la demanda de petróleo en una dimensión jamás vista, 20% del total. En parte, también, por la ruptura entre Rusia y Arabia Saudita con respecto al manejo de la producción y de los precios. La estrecha alianza entre Estados Unidos y los países árabes está en peligro.

¿Tiene esto alguna relación con las recientes decisiones de Estados Unidos sobre Venezuela? Hay mucho en juego. Para Venezuela, para nosotros, para Estados Unidos, Rusia, los países árabes, China… Y todo indica que Venezuela, que alguna vez jugó un papel clave en el mercado del petróleo, al parecer, ya no cuenta.

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