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Ciudad sana

Se habla de ciudades ‘inteligentes’ pero ahora hay que hacerlo inteligentemente sobre la ciudad sana física y emocionalmente.

1 de abril de 2020 Por: Benjamin Barney Caldas

Se habla de ciudades ‘inteligentes’ pero ahora hay que hacerlo inteligentemente sobre la ciudad sana física y emocionalmente. Es necesario analizar la información que se da todos los días sobre la pandemia actual en distintas ciudades del mundo, pese a que obedece a métodos distintos, y es dispersa, imprecisa, no comparable y mezcla infectados con muertos y ni siquiera para la misma fecha, y la de los países con la de las ciudades y la de estas con la de los departamentos, pasando por alto sus áreas respectivas, número de habitantes, densidades y sectores dentro de una misma ciudad. Y sobre todo hay que hacerlo desde la perspectiva de su tamaño, densidad, clima, tipo de vivienda y comportamiento de sus habitantes.

Madrid, con 6,55milones de habitantes ya pasó ayer a 29.840 casos y 3865 muertes, pero Berlín con sólo 3,769 millones, es decir poco más de la mitad de Madrid, solo reportaba hace pocos días 58 casos y una muerte; una enorme diferencia que deja mucho que pensar. Por lo contrario Bogotá, con 7,413 millones, tenía ayer 353 afectados y Cartagena con sólo 914.552, tenía 39 casos, es decir, proporcionalmente casi los mismos, aunque no se puede confiar en sus censos, pero Washington, con apenas 633.427 habitantes, ya tenía 231 contagios. Y Estados Unidos, con 327 millones, tiene el mayor número de casos en el mundo, 170.000, mientras que la aún más fría Rusia, con cerca de la mitad de habitantes, apenas 2337, si es cierto.

No obstante parecería que el clima no influye tanto directamente, pero muchos comportamientos urbanos usuales llevan a pensar lo contrario, ya que en climas o temporadas calientes la gente está mucho más tiempo afuera, en las calles, aumentando las posibilidades de contagio. Y en calles estrechas, como las de Cartagena, mucho más, aunque en Brasilia D.F., con 2,418 millones de habitantes, donde hay muy pocos peatones, van 332 casos, pero es que allá la gente se junta es en otras partes como en los clubes, y sobre todo en las densas ciudades satélites que la rodean sin mayor control, y que una buena parte de las viviendas son apartamentos pequeños y sin balcones. Y Buenaventura, caliente y húmedo, aún no reporta casos.

El tipo de vivienda en cada ciudad no solo es importante respecto a la salud física sino también para la mejor convivencia familiar, y por supuesto no se trata apenas del área disponible sino de su funcionalidad, confort, y el placer que depara; y sobre todo de las posibilidades de aislamiento de sus diversos ocupantes dentro de ella, por lo que es preocupante la falta de información al respecto de la violencia intrafamiliar en estos días, la que sensatamente se dice que podría aumentar. El caso es que para vivir mejor adentro es preciso salir ‘afuera’ a patios, jardines, balcones, terrazas y azoteas en los climas tropicales calientes y templados todo el tiempo, y en los fríos en el verano, o algunos días y algunas horas, en otoño o primavera.

El comportamiento de sus habitantes es clave en las ciudades, ya que el contagio se da cuando una persona infectada tose o estornuda y expulsa partículas que entran en contacto con otras personas cercanas, podría explicar por qué hay menos casos en las ciudades japonesas. Igualmente permitiría que los habitantes de un núcleo urbano puedan salir un día a la semana, por la mañana o por la tarde, como ya se hace en Colombia en varias ciudades pequeñas (pico y cédula), lo que reduciría a menos del 8% de sus habitantes usando al mismo tiempo las calles, lo cual les permitiría mantenerse suficientemente distanciados entre ellos. En México, con 129 millones de habitantes, sin encerrarse totalmente, sólo van 1215 casos y 29 muertes.

Sigue en Twitter @BarneyCaldas

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