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Carlos Holmes

El mayor homenaje que pueda hacerse a Carlos Holmes Trujillo es reconocerle ser quien logró encontrar el valioso documento del Acta del 3 de julio de 1810 del cabildo de Santiago de Cali.

26 de enero de 2021 Por: Alberto Silva

El mayor homenaje que pueda hacerse a Carlos Holmes Trujillo es reconocerle ser quien logró encontrar el valioso documento del Acta del 3 de julio de 1810 del cabildo de Santiago de Cali.

Después de la firma de la memorable Acta por parte de aquel cabildo, su presidente Joaquín de Cayzedo y Cuero, Alférez Real de Cali, envía copias al Consejo de Regencia español, al Supremo Reino, al gobierno de la provincia de Popayán, al comisionado Regio Villavicencio, al cabildo de Santafé y a Lorenzo Camacho. El original del Acta quedó para el libro capitular del cabildo de Santiago de Cali. Eran siete los documentos legalizados como lo afirma Cayzedo y Cuero en su carta a Santiago Arroyo.

Una vez transcurridos los hechos bélicos de la Independencia, nada se volvió a saber del valioso documento. Pasaron 118 años, y nadie podía reclamar los méritos de la ciudad y la región por no haber testimonios contundentes que los probaran.

El acta y sus copias desaparecieron y se daba por hecho que habían sido incautadas o quemadas en los incendios de bibliotecas y archivos durante el conflicto. Pero un buen día de 1928 el historiador caleño Demetrio García Vásquez, encontró valiosa pista en los archivos notariales de la ciudad de Cartago. Era la copia de un trascendental documento del cabildo de Santafé, por medio del cual el vicepresidente de la junta suprema de gobierno, José Miguel Pey, daba cuenta de haber recibido copia del Acta del 3 de julio de 1810 del cabildo de Cali, y hacía unas consideraciones que sublimizaron para la posteridad la actitud de la corporación caleña.

Pasaron otros 64 años desde su hallazgo, y esta fabulosa constancia todavía no les daba la suficiente credibilidad a los pregoneros ‘oficiales’ de la historia patria colombiana, quienes han visto siempre con desdén que otros actores, como los vallecaucanos, hubiesen tenido participación destacada en el movimiento independentista del país.
Querían la prueba reina. Y esta se encontró en 1992 en el archivo nacional a través de una investigación promovida por el Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, entidad adscrita al Ministerio de Educación y ante la sólida insistencia de su ministro, Carlos Holmes Trujillo.

El acta del cabildo de Cali del 3 de julio de 1810, había permanecido extraviada por 182 años. En ella se palpa el cuidadoso tacto y justificado temor con que los patriotas se manifestaban ante la majestad del monarca español pero indudablemente muestra también la determinación de ejercer su propia administración si no se daban las condiciones expuestas en ella, difíciles de cumplir por parte del Rey o de su consejo de Regencia. Y aprovecharon el momento que desembocó siete meses más tarde en la conformación del regimiento de 1.080 hombres de las Ciudades Confederadas del Valle del Cauca, los cuales junto al grupo de los 120 enviados por Cundinamarca, formaron el primer ejército patriota con que se dio inicio a la gesta bélica de la Nueva Granada en la batalla del Bajo Palacé el 28 de marzo de 1811. Certificado de tradición Castrense o fe de bautismo irrebatible del ejército nacional por los lados del valle geográfico del río Cauca.

El ejército vallecaucano junto con la expedición de Baraya completó 1200 unidades tal como lo afirmó Joaquín de Cayzedo y Cuero en carta a su primo Ignacio de Herrera y Vergara, el 13 de marzo de 1811.

Esta revaluación histórica había de hacerse hoy con motivo del lamentable deceso del Ministro de la Defensa Nacional que coincide con el reinicio - y debe quedar consignado- de la cátedra de historia patria en las escuelas y colegios del país. Carlos Holmes Trujillo murió en su ley: comandante de las Fuerzas Armadas.