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Isabel Cristina Restrepo, directora ejecutiva de Proartes, invita a apropiarse de la OFC que es un patrimonio cultural de todos los vallecaucanos. | Foto: Especial para El País

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Orquesta Filarmónica de Cali pasa por su peor crisis por la pandemia del covid-19

La Orquesta Filarmónica de Cali está en una situación límite para su sostenimiento. Isabel Cristina Restrepo, directora de Proartes, hace un llamado a la solidaridad de los vallecaucanos en esta crisis.

1 de julio de 2020 Por:  Redacción de El País

La Orquesta Filarmónica de Cali (OFC), fundada a finales de los años 30 del siglo pasado por el compositor caleño Antonio María Valencia, es una institución de la música regional que se mantiene hasta hoy como una de las seis orquestas sinfónicas profesionales de Colombia.

Con una programación anual superior a los 60 conciertos sinfónicos, didácticos, así como la realización de talleres en Cali y diferentes municipios del Valle del Cauca, las actividades de la OFC impactan en barrios y comunas de todos los niveles sociales, promoviendo en la población el amor por la música sinfónica. Pero esas actividades se han visto frenadas por la pandemia del Covid-19.

Las medidas de aislamiento preventivo obligaron a que toda la programación musical y cultural de la OFC para el 2020, sus temporadas de conciertos y celebraciones, tuvieran que cancelarse, tal vez por completo en este año.

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Al mismo tiempo, desde la administración de la Orquesta Filarmónica de Cali, que desde el 2002 está a cargo de la Asociación para la Promoción de las Artes (Proartes), emprendieron una estrategia virtual para continuar llevando su arte musical, ya no solo a la región, sino al mundo, desde las redes sociales.

De esta forma, la OFC creó su propia temporada virtual, compartiendo cápsulas de música de cámara cada semana, clases de instrumentos con maestros de la OFC, conciertos en colaboración con otras orquestas nacionales y entrevistas con músicos invitados, brindando a sus seguidores una forma de recreación sana durante la pandemia.

No obstante, la virtualidad no representa una forma de ingreso rentable para la OFC, compuesta en la actualidad por 38 músicos profesionales y un equipo de apoyo logístico y administrativo.

Actualmente la orquesta está pasando por una situación límite que ha puesto en riesgo, por primera vez en más de 80 años, su sostenimiento económico y la continuidad de esta institución de la música regional.

Debido a esta crisis, Proartes moviliza la campaña de apoyo #YoSoyOFC, que mediante donaciones, la venta de productos con diseños exclusivos de la OFC y la posibilidad de contratar conciertos virtuales exclusivos con obras del catálogo de la orquesta, buscan obtener los recursos necesario para continuar sus actividades sin afectar el sustento de sus empleados y familias.

Isabel Cristina Restrepo, actual directora ejecutiva de Proartes, describe la situación que vive la Orquesta Filarmónica de Cali en estos momentos, y hace un llamado de atención a los amantes de la música, y también a las entidades privadas y públicas para comprometerse con el futuro inmediato de esta institución fundamental para la cultura del Pacífico y suroccidente colombiano.

“Durante estos 18 años de administración hemos gestionado recursos para poder garantizar su funcionamiento, y este momento, tiempo de aislamiento y precariedad, nos invita a navegar en una sola dirección: el fortalecimiento y la continuidad de espacios que, como la Orquesta, aporten a la construcción de valores culturales como elemento para la formación de la ciudadanía. La Filarmónica es un patrimonio de todos. El llamado es a que la apoyemos y que no la dejemos morir”, expresa la directora.

¿Cuál es la situación actual de la OFC?

Es muy compleja, porque infortunadamente con la declaratoria de emergencia, solo alcanzamos a realizar dos conciertos de los más de 60 que teníamos programados en la temporada.

Eso nos impactó fuertemente en las finanzas de la orquesta, ya que un porcentaje importante de los ingresos salen de la venta de boletería, y al no poder desarrollar los conciertos esa fuente desapareció. Además, los conciertos eran una manera de vincularnos con el sector privado, que ofrecía estos eventos a sus clientes y empleados, para apoyarnos.

Para mantenernos hemos hecho una serie de ajustes, teniendo en cuenta que la Orquesta Filarmónica de Cali es una institución mixta, no solo dependemos de recursos públicos, sino de los que produce ella misma en conciertos. Hemos hecho esfuerzos muy grandes para mantener la planta orquestal y seguir generando actividades.

¿Cuál es el llamado que desde la Orquesta Filarmónica hacen a la comunidad?

A los caleños y vallecaucanos les decimos que en estos momentos apelamos a su solidaridad, la orquesta lleva más de 80 años compartiendo música con la gente, y una bella manera de reconocer ese trabajo de tantos años llevando arte musical por todo el departamento, es apoyándonos.

Cualquier gesto de generosidad es bienvenido, desde comprar una camiseta o un bolso que dicen #YoSoyOFC, hasta regalar un concierto virtual interpretado por la orquesta a un ser querido, o una donación, son las ayudas que necesitamos para que la OFC siga sonando 80 años más.

¿Qué apoyo han recibido de las entidades públicas distritales y departamentales?

Al respecto me gustaría recordar que en el año 2002 la orquesta vivió una crisis muy importante, y en ese momento, para salvarla, el Ministerio de Cultura, la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Valle le piden a Proartes que administre la Orquesta Filarmónica de Cali.

De modo que debemos ser conscientes que esta no es la orquesta de Proartes, es la orquesta de los vallecaucanos, en ese entonces el compromiso de estas entidades era entregar unos recursos anuales donde garantizaban la viabilidad de la orquesta, y por su parte Proartes gestionaba otros recursos con el sector privado, y así lo hemos venido haciendo en 18 años.

De acuerdo a esto, nosotros hemos venido dialogando con la Alcaldía de Cali para poder realizar un convenio que nos permita tener recursos para pagar la nómina de los músicos, entendemos que no ha sido fácil para el distrito, pero estamos en esa tarea y sabemos que hay voluntad.

Con la Gobernación del Valle va un poco más lento, nosotros estamos esperando una respuesta a una propuesta que les hicimos, para saber si efectivamente podemos desarrollar un convenio, tenemos la esperanza de que así será. Estamos convencidos de que hay voluntad por parte de la Gobernadora, sabemos que a veces los procesos son complicados.

Pero en este momento no tenemos suscritos convenios ni con Alcaldía ni Gobernación. Esperamos prontamente hacerlo, ya que estamos al límite. Los únicos ingresos que hemos recibido es el porcentaje del primer pago por parte del Ministerio de Cultura. Proartes ha mantenido hasta ahora con grandes esfuerzos los pagos de los músicos de la OFC y de los maestros de la Escuela de Música de Desepaz, pero se están agotando. Si no recibimos recursos este mes entramos en una situación muy crítica.

Programación de julio

Para este mes la Orquesta Filarmónica de Cali estará liderando el estreno mundial del Primer Movimiento de la Sinfonía No. 2 del compositor vallecacuano Lucas Jaramillo.

Esta obra se estrenará el 25 de julio, y contará con la participación especial de la Orquesta Filarmónica de Medellín, la Sinfónica EAFIT, la Orquesta Sinfónica de Caldas, y la Orquesta de Bucaramanga.

Por otro lado, a pesar de la contingencia del Covid-19 este 2020, la OFC continúa con la realización de la XIX versión del Concurso Jóvenes Solistas, certamen que se está llevando a cabo de manera virtual, con el fin de seguir apoyando a artistas jóvenes colombianos en este difícil momento.

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