36 años de “Born in the USA”, el estallido de Springsteen en el rock | El Nuevo Siglo
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Sábado, 6 de Junio de 2020
Redacción Cultura con Europa Press

EN 1984 la vida de Bruce Springsteen cambió para siempre con la edición de “Born in the USA”, el disco que le convertiría en el rey de los estadios y el ídolo del rock que conocemos hoy en día.

Era el séptimo trabajo de una trayectoria que ya contaba con joyas como “Born to Run” (1975), “Darkness on the Edge of Town” (1978), “The River” (1980) y “Nebraska” (1982). Pero el salto cuantitativo estaba por llegar cuando Springsteen pasó a ser una estrella del pop.

Tanto cambió la vida de Springsteen que desde mitad de los ochenta nunca volvió a ofrecer un disco tan incontestable como los mencionados, al tiempo que sus conciertos se convertían en ceremonias inapelables para festejar la veracidad del rock.

Aunque en realidad, el grueso de “Born in the USA” eran piezas acústicas inicialmente destinadas al “Nebraska” de 1982, Springsteen las remozó junto a The E Street Band para convertirlas en piezas fundamentales del rock de los años 80, plagadas de sintetizadores típicos de la época.

La jugada le salió perfecta a un Springsteen que venía de un disco acústico y terminó colocando a “Born in the USA” como el disco más vendido de 1985 (polémica con el presidente Ronald Reagan por el significado de la letra mediante), y que actualmente ya ha superado los 30 millones de copias despachadas en todo el mundo.

Y eso a pesar de no ser el disco favorito de sus fanáticos. A pesar de este pequeño detalle, muchas de sus canciones son fijas en los conciertos de Bruce Springsteen, quien incluso en sus recitales ha llegado a tocar este álbum en su totalidad de principio a fin.

La cuestión es que, a pesar del paso del tiempo, “Born in the USA”, “Cover Me”, “Darlington County”, “Working on the highway”, “Downdound train”, “Im on fire”, “No surrender”, “Bobby Jean”, “Im going down”, “Glory days”, “Dancing in the dark” y “My hometown” siguen entre nosotros y también merecen un homenaje.

Por cuatro décadas, Springsteen ha sido un ídolo del rock, dedicando su aclamado repertorio a la clase trabajadora. “Bruce ha servido como un fenómeno cultural (dos veces, al menos), un narrador acústico frágil y oscuro, un resucitador popular, un nuevo Dylan, un héroe de la clase trabajadora, ‘rock 'n roll future’, una fuerza para el cambio político y social, un compositor elocuente y un rockero descarado (a menudo en la misma canción), un intérprete en vivo de energías legendarias, y un prodigio y predicador de la ‘majestad, el misterio y el ministerio del rock 'n roll”, así lo afirma su página web oficial.

A pesar del impacto que tuvo como artista, Springsteen creó su E Street Band llevando a sus seguidores con más fuerza su talento y el movimiento que inició hace más de 40 décadas. Hasta hoy, el legendario cantante y músico estadounidense junto a su agrupación se han mantenido activos en diferentes escenarios del mundo.

Su talento está intacto y ha sido reconocido en premios como los Grammy, del cual ha sido ganador de 20 galardones; también es miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll, actuó en el medio tiempo del Super Bowl. Una leyenda que ha vendido más de 65 millones de álbumes en Estados Unidos y 120 millones a nivel internacional.