Opera prohibición de Armas Nucleares sin las grandes potencias | El Nuevo Siglo
El presidente del CICR, Peter Maurer indicó que "resulta sumamente dudoso que alguna vez estas armas puedan utilizarse de conformidad con el Derecho Humanitario".
Foto AFP
Viernes, 22 de Enero de 2021
Redacción internacional con Europa Press

Este viernes entró en vigor el Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), un acuerdo aprobado en 2017 por 122 naciones y ratificado por 50 estados que supone el primer tratado multilateral de desarme nuclear en más de dos décadas hecho que fue celebrado por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.

Así, Guterres calificó al tratado como "un paso importante hacia un mundo libre de armas nucleares" a la vez que representa "una fuerte demostración de apoyo a los enfoques multilaterales del desarme nuclear".

En un mensaje tras la aprobación del TPAN, el máximo representante de la ONU también puso en valor el papel de la sociedad civil en el avance de la negociación y entrada en vigor del acuerdo, como "supervivientes de explosiones nucleares y ensayos que han ofrecido trágicos testimonios" y constituido la fuerza moral detrás del tratado.

Además, se mostró "ansioso" por orientar la respuesta de la ONU de acuerdo con el tratado, incluidos los preparativos para la primera reunión oficial de Estados parte, especialmente porque "las armas nucleares plantean peligros crecientes y el mundo necesita acciones urgentes para asegurar su eliminación y prevenir las catastróficas consecuencias humanas y ambientales que causaría su uso".

A finales de 2020, el TPAN obtuvo las 50 ratificaciones que necesitaba para entrar en vigor en lo que se entiende como "un nuevo capítulo para el desarme nuclear". No obstante, cabe señalar que las principales potencias nucleares, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China y Francia, no han firmado el acuerdo.

Los países que han ratificado el acuerdo no podrán "nunca en ninguna circunstancia desarrollar, probar, producir, fabricar o adquirir, poseer o almacenar armas nucleares u otros dispositivos explosivos nucleares".

Además, el TPAN establece la obligación de los Estados, con respecto a las víctimas bajo su jurisdicción, de proporcionarles asistencia, incluida atención médica, rehabilitación y apoyo psicológico, sin discriminación, además de proveer los medios para su inclusión social y económica.

"Victoria para la humanidad"

Por su parte, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja también mostró su satisfacción por la entrada en vigor del "primer instrumento de derecho internacional humanitario que contiene disposiciones para ayudar a atender las consecuencias humanitarias catastróficas causadas por el uso y el ensayo de armas nucleares".

"Hoy es una victoria para la humanidad. Este tratado, resultado de más de 75 años de labor, envía una señal clara: las armas nucleares son inaceptables desde una perspectiva moral, humanitaria y, ahora, también jurídica", aplaudió el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer.

Asimismo, destacó que el mismo "pone en marcha barreras jurídicas aún más elevadas y activa una estigmatización de las ojivas nucleares aún mayor de la que ya existe", lo que "permite imaginar que un mundo libre de estas armas inhumanas es un objetivo alcanzable".

En esta misma línea se ha expresado el presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja, Francesco Rocca, quien defendió que supone "un recordatorio oportuno y contundente de que, pese a las actuales tensiones mundiales, es posible superar incluso nuestros retos principales y más arraigados, en el verdadero espíritu del multilateralismo".

"Deberíamos apelar a esta capacidad de aunar y coordinar eficazmente nuestra labor mientras lidiamos con otros retos mundiales y letales", resaltó Rocca.

No obstante, el tratado no supone el fin de las armas nucleares ya que países con arsenales y la OTAN se oponen, por lo que el Gobierno de Alemania, que no apoya el tratado, avisó que este tiene potencial para "hacer más difícil el diálogo sobre el desarme nuclear".

Por otro lado, Japón tampoco ha firmado el tratado, lo que ha despertado las críticas de supervivientes de tragedias como las de Hiroshima y Nagasaki, quienes sí han dado la bienvenida al TPAN.

"Es una absoluta negligencia que Japón, el único país en el mundo que ha sufrido ataques nucleares, haga la vista gorda", lamentó Miyako Jodai, una octogenaria superviviente de estas catástrofes.