Arrancó el año político en Colombia | El Nuevo Siglo
Foto archivo Presidencia y ENS
Domingo, 17 de Enero de 2021
Redacción Política

Esta semana, al tiempo que todas las actividades del país procuran retornar, no digamos que a la normalidad, pero al menos a la ‘nueva normalidad’, también la política empieza a moverse con más fuerza, toda vez que este año arrancan en firme las campañas parlamentarias y presidenciales.

Por supuesto, no es que la política se haya ido de vacaciones, sino que, como veremos, este periodo se dio para un preámbulo para lo que será el resto de estos 365 días, de los que ya se han consumido 17.



El Gobierno asumió 2021 registrando para el presidente Iván Duque altos niveles de popularidad, en particular de su gestión durante la emergencia provocada por la pandemia.

Esos niveles de aprobación superaban el 60% en las últimas encuestas realizadas y publicadas en diciembre, algo que muy pocos se atrevían a pronosticar un año atrás, cuando esos mismos indicadores habían caído drásticamente por cuenta de la crisis de gobernabilidad y la ola de paros e insatisfacción social con que cerró 2019.

Duque finalizó el año (aproximadamente el 60% de su cuatrienio) muy bien ranqueado en las encuestas. De hecho, cifras como estas de imagen y aceptación solo las ostentó en su mejor momento el presidente Uribe en sus mandatos, cobijado por los que los analistas llamaron el “efecto teflón”, para explicar la circunstancia mediante la cual pese a todas las crisis y escándalos que lo rodeaban, la opinión pública lo respaldaba mayoritariamente. Si se hace una comparación con Santos, frente a cómo le iba en los sondeos en la primera mitad de sus dos mandatos, es claro que Duque lo supera sustancialmente.

Como lo señaló el editorial de EL NUEVO SIGLO con motivo de señalar al presidente Duque como personaje del año, el jefe de Estado, “contra muchos de los pronósticos que lo acusaban de inexperiencia por su juventud, ha sido asertivo y ha mantenido el rumbo del país sin ideologismos ni extravagancias. Lejos de los trinos febricitantes acostumbrados y de la polémica insulsa, el servicio público ha tomado con Duque connotaciones diferentes a las del despeñadero y la irritación política. En cambio, ha optado por la orientación serena, la modernización digital y la perseverancia en los propósitos. Además de la atención constante a la crisis sanitaria región por región”.

Debate político

Claramente, la gestión del Gobierno no puede ser mirada sin tener en cuenta su apoyo político, es decir de la centroderecha liderada por el Centro Democrático.

Precisamente, el expresidente Álvaro Uribe en un mensaje de año nuevo que publicó en sus redes sociales y que fue replicado por la misma vía por sus seguidores, sostuvo que “hay que endeudarse más para poder ayudar en esa tendencia de reducción de la pobreza”.

Para Uribe, ese endeudamiento debe estar soportado en “una reforma tributaria moderada y una gran política de ahorro”. Señaló que esa reforma tributaria sería moderada para “no perder el grado de inversión”, pero tampoco “la confianza de la inversión”.



Tras anotar que “el ahorro es absolutamente necesario”, propuso congelar durante seis u ocho años el gasto de funcionamiento del Estado para que en pesos constantes no suba más allá de la inflación, medida que no incluiría el sistema general de participaciones, salud ni pensiones.

“Para poder mostrar resultados a final de 2021 hay que madrugar con todas las medidas: ingreso solidario más agresivo, el tema de la tributaria moderada y el tema de una gran reforma de ahorro”, explicó Uribe, poniendo su mensaje en la perspectiva de su manifiesto del 12 de octubre, cuando levantó la consigna de “ojo con el 2022” refiriéndose a las próximas elecciones presidenciales.

De hecho, junto al video de cinco minutos y medio, trinó: “Para la fortaleza democrática, su competitividad, tres retos: vacunación, nueva tendencia acelerada de reducción de pobreza, seguridad y narcotráfico”.

Entre tanto, el senador Gustavo Petro, quien se perfila como líder de la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2022, empezó el año reuniéndose con el segundo vicepresidente español Pablo Iglesias.

“Como dirigente de la oposición en Colombia he propuesto al Gobierno español, si puede transferir soberanamente parte de sus excedentes en vacunas contra el covid, que transfiera al gobierno colombiano vacunas independientemente de las distancias políticas”, explicó Petro, anotando que “Europa, a diferencia de Latinoamérica, negoció unitariamente con las farmacéuticas la compra de vacunas en una cantidad superior, en más del 10%, la totalidad de su población. Por eso parte de sus vacunas compradas pueden ser donadas”.

Petro, líder de Colombia Humana, e Iglesias, dirigente de Podemos, se reunieron en Madrid, según lo informaron ambos en sus redes sociales.

“Ha sido un placer poder charlar sobre la situación internacional con un protagonista clave del cambio progresista que está en marcha en América Latina”, trinó Iglesias.

Derecha e izquierda

Pero mientras Uribe le ‘tira línea’ a la centroderecha sin prácticamente ninguna resistencia, en la otra orilla siguen en un pulso que más parece una pelea de perros y gatos.

Por estos días, por ejemplo, mientras el excongresista Alirio Uribe tuiteó que “gústenos o no, la izquierda y el centro deben juntarse para derrotar el estado mafioso y corrupto que hoy impera, hay que buscar lo que nos une”, el representante por Bogotá, Mauricio Toro, de la Alianza Verde, manifestó: “A los petristas les digo que del tiempo que gastan atacando, odiando, ofendiendo, deberían sacar un rato para votar, porque en las últimas elecciones locales no se hicieron sentir como en Twitter. Y si nos odian tan profundamente a los verdes, ¿por qué quieren que nos juntemos?”.

En lo que sí han estado de acuerdo en el sector opositor, también llamado alternativo, es en censurar lo que consideran poca transparencia por parte del Gobierno en los contratos suscritos con las farmacéuticas para adquirir las vacunas que, en la primera fase, se aplicarán gratuitamente a partir del próximo mes a todos los colombianos mayores de 60 años, trabajadores de la salud, madres y padres comunitarios, docentes de prescolar, educación básica y educación media, y la población con comorbilidades de riesgo.

Y en medio del avance de la segunda ola de la pandemia, se han multiplicado las voces que abogan por una convocatoria a sesiones extras del Congreso.