Tomar la decisión de abandonar el país de origen y buscar mejores oportunidades en una tierra lejana a sus raíces ya es de por sí una dura y difícil decisión.Una que han tenido que tomar miles de venezolanos huyendo del hambre, de las necesidades, de la falta de empleo y, peor aún, de la falta de esperanza de un cambio en su país, dominado por un régimen que los ha llevado al extremo y los ha empujado a tocar puertas en otras latitudes.

El Atlántico ha recibido a 162.396 migrantes venezolanos, 97.494 de ellos se han asentado en Barranquilla, según las cifras más recientes de Migración Colombia. En su gran mayoría sobreviven vendiendo en las calles tinto, dulces, alimentos o su arte, para poder pagar el lugar donde logran pasar la noche y el alimento del día a día. Una alta cifra de personas que buscan la manera de engancharse laboralmente o desarrollar un emprendimiento que les permita generar ingresos y así comenzar a construir una nueva vida.

Frente a esa realidad son valiosas y plausibles todas las iniciativas que buscan facilitar esas oportunidades que demandan los migrantes, como la promovida por la Alcaldía distrital en asocio con Mayors Migration Council, organización conformada por alcaldes, que brinda acompañamiento en política nacional e internacional para migrantes.

‘Todos somos Barranquilla’ tendrá abiertas hasta el 30 de abril las inscripciones y 100 personas serán escogidas para acceder a una ruta de preparación para la empleabilidad, que incluye formación y orientación. Se trata de un paquete completo que busca que los seleccionados puedan vincularse laboralmente. 

Con este proyecto Barranquilla fue escogida junto con Beirut (Líbano), Freetown (Sierra Leona), Lima (Perú) y México en la convocatoria del ‘Fondo de Ciudades Globales para una Respuesta Inclusiva a la Pandemia’, del cual recibió 164 mil dólares para desarrollar esta iniciativa.

Es una acción de muchas que requiere la población migrante venezolana, pero sin duda es una que debe multiplicar el efecto para que cada vez más de ellos tengan mejores oportunidades para generar sus propios ingresos.

El Distrito se ha empleado a fondo para ofrecer atención en salud y educación a los migrantes, especialmente a los niños y jóvenes. La matrícula pasó de 13 mil a 18 mil de 2020 a 2021, 8 mil de ellos reciben raciones alimentarias diarias.

Pero la idea, y así debe ser, es que los adultos tengan la oportunidad de tener un empleo para asegurarse el bienestar de sus familias, y a eso le apunta la Secretaría de Desarrollo Económico de la ciudad con su Centro de Oportunidades. Son tiempos difíciles también para las empresas, golpeadas por la pandemia, pero la meta es que muchos empleadores abran la posibilidad de recibir las hojas de vida y contribuir a que los migrantes se integren al mercado laboral y también aporten a la economía nacional. Se necesita una oportunidad.