“Barranquilla debe estar escrita en tinta y en braille”
Un proyecto de Ley que se tramita en el Congreso de la República busca adoptar el uso de este método para personas con discapacidad visual en los empaques de productos alimenticios, médicos y en servicios turísticos.
En un mundo diseñado y escrito para los que pueden ver, los que tienen discapacidad visual deben abrirse paso entre la gente para poder descifrar lugares y cosas que han sido pensados sin incluirlos.
“Barranquilla tiene que estar escrita en tinta , pero también en braille, solo en ese sentido nosotros la podremos descifrar”, dice María Del Rosario Guevara, directora de la Fundación Fundavé, al cuestionar que las ciudades no sean pensadas también para los discapacitados. Ella tiene ceguera congénita progresiva por retinosis pigmentaria.
En Fundavé, Edwin Cardona, de 19 años, aprendió el sistema braille. Él sufre de desprendimiento de retina con baja agudeza visual en ojo derecho. Se graduó del Instituto Educativo Las Mercedes y un bastón le sirvió de compañero entre cientos de niños y jóvenes que no lo “veían como una persona normal”, a lo mejor por la misma teoría: “Las cosas están creadas para los que pueden ver”.
A Edwin, le hacían los exámenes y muchos trabajos de forma oral, y le encargaban menos responsabilidades, debido a que el sistema educativo “tampoco está diseñado para los ciegos”. Solo 53 de ellos estudian en colegios oficiales, de acuerdo con la Secretaría de Educación Distrital.
Edwin hace una pausa y rememora las herramientas que le hicieron falta para lograr estar en igualdad de condiciones frente a sus compañeros.
“Los textos escolares no vienen en braille, la pizarra y el punzón que usamos para escribir no siempre está al alcance de muchos niños ciegos y eso crea limites y barreras que nos hacen sentir excluidos”, dice Edwin.
En eso coinciden quienes sufren discapacidad visual y no encuentran este método de lecto-escritura en el transporte masivo, en las cartas de un restaurante, en los medicamentos y en un sinnúmero de cosas con las que ellos, podrían realizar las labores más sencillas de la vida cotidiana.
Por ejemplo, para Edwin recibir sus clases de música en Bellas Artes debe atender paralelamente clases de musicografía en Fundavé, para aprender el pentagrama en braille.
Son 1.549 personas las que hay en Barranquilla con discapacidad visual, según cifras del Distrito, y aún así la ciudad continúa creciendo, al parecer, sin pensar completamente en las necesidades de ellos.
“Nos sentimos independientes y seguros cuando encontramos cosas rotuladas en braille como en un ascensor, esta es una de las pocas cosas que existen con el método”, cuenta María del Rosario Guevara.
Nos sentimos independientes y seguros cuando encontramos cosas rotuladas en braille
Que nadie lea por mí
No depender de sus papás es lo que quiere lograr Edwin cardona. Salir solo a la calle, coger un bus y asistir a sus clases de música, es su próxima meta. También aspira a ir un restaurante, comer su postre favorito, sin que nadie lea la carta por él.
Dice que en el caso del sistema de transporte masivo hace falta más inclusión; por ejemplo, en sus tarjetas electrónicas. También, pensando en esta población, tendrían que anunciar en cada parada el nombre de la estación, para evitar tener que ir contándolas mentalmente, como lo hace la mayoría.
“Muchos de los que asisten a la fundación usan Transmetro, porque de alguna forma resulta más seguro; sin embargo, falta que piensen en más opciones para los ciegos”, señala la directora de Fundavé.
Por otro lado, asegura que en la ciudad hay losetas táctiles, pensadas en garantizar la movilidad de esta población, que no están cumpliendo su función en algunos senderos peatonales, porque no llevan un mismo sentido, sino que los direccionan a diferentes obstáculos.
“Han sido mal pensadas y mal manejadas por los constructores, porque ya hemos hecho el ejercicio y no resulta ventajoso”, agregó Guevara.
La normatividad
En la actualidad, la Ley 1680 de 2013 permite la inclusión y plena participación en la sociedad, a través del sistema braille, y garantiza el acceso a obras científicas y literarias por medio del sistema.
A pesar de esto, las personas con discapacidad dicen que la Ley debe superar lo académico y ocuparse de lo cotidiano.
Por eso, la noticia de una nueva iniciativa que se ocuparía de adoptar el uso de braille en los empaques de productos alimenticios, médicos y en servicios turísticos es una luz de esperanza para la población con discapacidad visual en el país, que se estima en 7 mil colombianos por cada millón, según las cifras reportadas por el Dane.
El proyecto de Ley 063 de 2018 presentado por la senadora María del Rosario Guerra el 31 de julio del año pasado y aprobado en primer debate en la comisión Sexta de senado el 5 de diciembre de 2018 y en plenaria de Senado el 12 de agosto de 2019. Ahora enfrentará tercer debate en la comisión Sexta de la Cámara y luego deberá pasar a cuarto y último en plenaria.
La ponencia del proyecto señala la importancia de facilitar la vida a las personas con discapacidad visual para que puedan acceder a la educación y a otros servicios, tanto de consumo como en lugares públicos y sitios de interés.
Por lo tanto, de convertirse en Ley de la República se adoptaran medidas para que las empresas que comercialicen productos alimenticios y medicamentos, nacionales o importados, incluyan en sus etiquetas el sistema braille. El Invima será el encargado de vigilar el cumplimiento de este artículo.
El tercer artículo, también señala que toda empresa que preste servicios turísticos de hospedaje y transporte, así como los restaurantes, deberán incluir el método en la señalización, el menú, los tiquetes y otros servicios a los que haya lugar. Y será la Superintendencia de Industria y Comercio quien vigile su cumplimiento.
El Ministerio de Cultura y el Viceministerio de Turismo deberán trabajar en coordinación para que los lugares públicos, como monumentos y museos, tengan sus avisos informativos en braille.
Las empresas de servicios Públicos deberán integrar el método en sus facturas
Asimismo, los tiquetes de bus, avión, tren y otros sistemas de transporte deberán usar el mismo método.
La Ley incluye los establecimientos financieros, que deberán implementar extractos bancarios impresos en braille, para aquellos usuarios que tengan discapacidad visual o baja visión. Para los servicios por medios electrónicos, deberán hacer uso de la tecnología de voz.
En el caso de las instituciones educativas, los textos y guías escolares establecidos por Ministerio de Educación deberán ser impresos en braille y distribuidos a los colegios.
Las empresas de servicios Públicos deberán integrar el método en sus facturas.
Finalmente en el articulado del proyecto de Ley también establece que el presidente de la República sancionará la norma “en texto de tinta y en texto braille” y se difundirá de la misma manera por parte de la Imprenta Nacional de Braille de Colombia y del Instituto Nacional de Ciegos –INCI-.
Sin embargo, los directos beneficiarios de la ley recomendaron que dentro del proyecto se incluya la exigencia sobre la correcta imprenta de este lenguaje, por lo que la iniciativa debe hacer ajustes para que se cumplan las medidas exactas que requiere el sistema braille para poder ser perceptible a la yema de los dedos.
Argumentan que existen establecimiento que utilizan el sistema, pero sin las medidas adecuadas, lo que también se convierte en un obstáculo para esta población.
En Colombia se han hecho cuatro intentos por instaurar este sistema y en todas ha sido archivado; sin embargo, ninguna de las anteriores había contemplado tantos puntos que hicieran énfasis en la cotidianidad de la población con discapacidad visual.
¿ Qué es braille?
El sistema braille es la combinación de cada uno de los puntos en diferentes posiciones que representan letras, números, símbolos y hasta códigos. Estos pueden ser percibidos fácilmente con la yema de los dedos y permitir la comunicación de las personas que presenten discapacidad visual. El nombre del método es un reconocimiento a la creación del francés Louis Braille, quien se quedó ciego por un accidente que sufrió en su niñez. A mediados del siglo XIX, Braille reinventó un sistema de lectoescritura táctil creado originalmente por Charles Barbier de la Serre, un militar que usaba lenguajes codificados para dar órdenes a su equipo.
En Colombia, el Instituto Nacional para Ciegos tiene la única imprenta braille oficial del país.
