En el Meta también se derrumba la economía

Cuando apenas se recuperaba del golpe económico que provocó la caída de los precios del petróleo, en la región el sector hotelero pierde al día $1.300 millones. Alimentos se encarecen.

El Espectador
20 de junio de 2019 - 02:05 a. m.
El Gobierno decidió cerrar la vía al Llano de manera indefinida el pasado 9 de junio. / Gobernación de Cundinamarca
El Gobierno decidió cerrar la vía al Llano de manera indefinida el pasado 9 de junio. / Gobernación de Cundinamarca

Si usted, que vive fuera de la Orinoquia, comprueba en los próximos días que la sandía está más costosa o empieza a escasear en el supermercado donde habitualmente la compra, habrá sentido apenas un pequeño coletazo de la crisis que golpea a la vía al Llano.

El pasado martes, Asosandía, el gremio de cultivadores de esta fruta en San Martín (Meta), determinó que no sembrará más las cien hectáreas mensuales con las que surte el 58 % del mercado nacional hasta que haya una vía óptima para trasladar su producto a las centrales de abasto del país.

Ricardo Páez, un hotelero de Granada, en la región del Ariari, fue testigo de cómo un cultivador de piña regaló el lunes tres camiones de la fruta porque le salía más costoso el flete para llevarla a Bogotá que la mercancía en sí misma.

“El panorama es grave, la situación es de incertidumbre porque se han concentrado en lo que pasa en Villavicencio y en la carretera, pero los que producimos la comida estamos en el Ariari y las consecuencias las va a sentir el resto del país”, dijo Páez, quien hoy intervendrá en una sesión de la Cámara de Representantes como vocero de los cultivadores y varios gremios del sur del Meta.

La Cámara de Comercio de Villavicencio afirma que el 40 % de los alimentos que consume el país provienen del Ariari. El cierre de la vía generaría un incremento del 30 % en los costos. El gremio dice que a esta altura, luego de casi un mes de que iniciaran las obstrucciones reiteradas de la vía al Llano, se han dejado de recibir $1,5 billones.

Esta cifra es equivalente a casi la mitad del valor del controvertido contrato de concesión 444 del año 1994, por $3,1 billones, que se firmó para la operación y el mantenimiento de la vía Bogotá-Villavicencio.

Aunque el dato parece exagerado, lo cierto es que los gremios coinciden en señalar que, sumadas las pérdidas de los diferentes renglones de la economía en el Meta, incluso esa cifra puede quedar corta.

“Solo en el incremento de fletes significa para nosotros un aumento del 120 %. Por la vía al Llano normalmente nos cuesta $4.000 por bulto el flete (50 kilos), ahora debemos pagar hasta $10.000 con el agravante de que los productos enviados o recibidos no lleguen en las mejores condiciones de calidad y tengamos que regalarlo o botarlo. Pasar de un viaje de tres horas a uno de 10 o 12 horas afecta mucho, en especial a los que vivimos del agro”, dice Neyer Melo, comerciante de la Central de Abastos de Villavicencio (CAV).

Pese a que los alimentos no escasean, sí empiezan a encarecerse en Villavicencio y el resto del Meta, en especial los que provienen de tierra fría, como la papa y el fríjol. De acuerdo con los datos de incremento de precios, un bulto de papa pasó de $65.000 a $75.000, lo que significa que en los siguientes días los llaneros empezarán a sentir ese aumento en la canasta familiar básica.

Sin cierres, pero…

Gremios como Cotelco, que en el Meta reúne a 45 hoteles que esperaban con ansias la temporada de vacaciones de mitad de año, prácticamente tienen las habitaciones cerradas y las cancelaciones de reservas llegaron al 93 %.

“Ha sucedido lo que muchos nunca habían vivido y es pasar la noche sin un solo huésped en su hotel. Claro, esa afectación inicial ya ha provocado que más del 50 % del personal que colabora en los servicios de los hoteles haya tenido que ser despedido porque no hay dinero para sostener nóminas”, comenta Carolina Niño, directora ejecutiva de Cotelco, capítulo Meta.

El sector calcula que las pérdidas llegan a los $1.300 millones diarios. La dirigente gremial dice además que si bien aún no hay restaurantes o locales cerrados a causa de la crisis de la vía al Llano, este sector turístico es el primero en sentirse afectado.

“Aquí es donde nosotros proponemos ser más positivos. No podemos sentarnos a llorar para que las soluciones vengan del cielo: debemos aprovechar las rutas alternas que se han abierto para llegar al Llano y generar circuitos turísticos; ofrecer el Torneo Internacional del Joropo a Antioquia, ahora que hay vuelos directos entre Villavicencio y Medellín, y ofrecer los paquetes llaneros a los mismos llaneros”, puntualizó Carolina Niño.

La dirigente, optimista a pesar de las circunstancias, dice que la reciedumbre de los llaneros debe sentirse en estos momentos y que se debe superar la crisis como ya se había salido de la crisis de los precios del petróleo.

Por El Espectador

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