¿Trump cuatro años más?

El republicano Donald Trump lanzará hoy oficialmente su campaña para la reelección presidencial en Orlando, Florida. En las últimas semanas ha dejado ver que está dispuesto a hacer lo que sea para salir victorioso en la contienda, aunque sea ilegal.

Camilo Gómez / @camilogomez8
18 de junio de 2019 - 11:00 a. m.
Se espera que más de 20.000 personas asistan al evento convocado por el presidente Donald Trump.  / AFP
Se espera que más de 20.000 personas asistan al evento convocado por el presidente Donald Trump. / AFP

El Amway Center de Orlando, hogar del equipo de baloncesto Orlando Magic y numerosos eventos musicales, dejará de lado su agenda normal para albergar lo que será el acontecimiento más importante del año en la ciudad: desde allí, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciará este martes su campaña a la reelección. La decisión de arrancar en Florida es muestra de que ese estado será fundamental para los comicios de 2020, aún más que en 2016, y que el presidente le apostará a que su base de votantes, que lo ayudaron a vencer cuatro años atrás, continúe firme con él a toda costa.

Desde la madrugada del lunes ya se veía un pequeño grupo de seguidores del republicano a las afueras del recinto haciendo fila para ingresar al edificio. Según la prensa local, tener una de las boletas que ofreció la campaña de manera gratuita no asegura la entrada al lugar, con capacidad para 20.000 personas, pues el evento ya tiene sobrecupo. El equipo de Trump informó que se recibieron más de 100.000 solicitudes para conseguir una entrada. Desde las 4:00 de la tarde habrá una fiesta en las calles aledañas con música y comida, y se instalarán pantallas gigantes a las afueras del polideportivo para ver el anuncio del mandatario, que sobre las 8:00 de la noche aparecerá en escena para corear junto con sus seguidores el conocido “cuatro años más”, un canto que pide por otro período de gobierno. Pero el presidente, aunque parece confiado, tiene miedo de perder en las urnas esta vez y busca por ello desconocer sus puntos frágiles, o hasta infringir las leyes, por conseguir una victoria.

Trump les ha pedido a sus seguidores que ignoren las encuestas que lo muestran como perdedor frente al candidato demócrata Joe Biden, el exvicepresidente de Barack Obama quien es hoy la mejor carta de ese partido para terminar con el reinado de los republicanos en la Casa Blanca. Pero esta tendencia es algo que ni siquiera el equipo de Trump ha podido ignorar. Encuestas hechas por su propia campaña, filtradas la semana pasada a la prensa, muestran una derrota del mandatario frente a los demócratas. Los números no tienen contento al presidente que despidió a por lo menos tres encuestadoras con las que había trabajado en su campaña de 2016 luego de conocer los resultados negativos. Ya sea por su vanidad personal o por sus necesidades políticas, un presidente como Trump no puede darse el lujo de mostrar que su candidatura a la reelección está en problemas, menos cuando está a punto de hacer el anuncio oficial de su campaña. Le puede interesar: ¿Podrá Biden quitarle el trono a Trump? 

“La filtración de estas encuestas puede tener una doble consecuencia electoral, ya que por un lado parecen reforzar la idea de que la campaña de Biden es la que tiene más probabilidades de ganarle a Trump en 2020. Pero más fundamentalmente, un candidato que no puede soportar conocer la verdad sobre su propia campaña no es alguien que pueda ser considerado en una posición fuerte en víspera de su lanzamiento formal o que pueda realizar fácilmente los ajustes tácticos que todas las campañas de reelección requieren... Esta es una señal de peligro para él”, escribe Stephen Collinson, reportero de CNN en la Casa Blanca.

La campaña de Trump a la reelección ha confeccionado un mensaje simple, usando el miedo, para mantener fiel a su base electoral: que sin Trump en la Casa Blanca habrá un desastre nacional, o quizá mundial. El propio presidente en persona lo ha hecho. “Si alguien, excepto yo, asume el control en 2020 (conozco muy bien a la competencia), habrá un quiebre financiero como no se ha visto antes. Manténganse en Hacer América Grande de Nuevo”, dijo Trump en un tuit. Pero para los expertos, lo más preocupante sobre esta estrategia es que el presidente ha dado muestras de que está dispuesto a hacer lo que sea con tal de ganar estas elecciones.

“El presidente Trump ha manifestado su voluntad de actuar con impunidad en su campaña para la reelección, tomando medidas que demuestran un desprecio por los límites legales destinados a responsabilizarlo y protegerlo. Trump dijo en una entrevista que aceptaría información dañina sobre sus opositores electorales de entidades extranjeras, desafiantemente impenitente luego de pasar dos años y medio tratando de rechazar las acusaciones que su campaña de 2016 recibió ayuda de Rusia para vencer en la carrera a la Casa Blanca”, escribieron David Nacamura y Holly Bailey, reporteros de The Washington Post. Desde la semana pasada, las acciones del equipo de Trump preocupan a analistas políticos y legales.

Trump también ha dejado ver que aprovechará las cifras y noticias que están a su favor para jugarlas como cartas en su campaña. Incluso, según expertos, exagerará sobre algunos logros. Dirá que la tasa de desempleo es la más baja en medio siglo, los miembros de la OTAN aumentaron su gasto en defensa y que salió bien librado de la investigación del fiscal especial Robert Mueller. Pero obviará los números rojos en el flujo migratorio y sus peleas en política exterior sin mayor resultado. Sin embargo, no son los logros inflados en economía, en los que también tiene que ver la administración anterior, lo que más preocupa a los analistas, sino el uso de una campaña sucia como en 2016.

“Estamos en un mal lugar. Están envalentonados y no tratan de ocultarlo más”, dijo Glenn Kirschner, un analista legal que pasó tres décadas como fiscal federal. “Se dieron cuenta de que podían salirse con la suya”, agregó.

El presidente se juega ahora unas elecciones completamente diferentes a las de 2016. “Según algunos informes, el propio Trump estaba tan sorprendido como todos los demás cuando ganó las elecciones de 2016, pero a medida que miramos hacia 2020, lo que está en juego es diferente. Él sabe muy bien que, si es derrotado en noviembre del próximo año, siempre será conocido como la única cosa que más teme que sea: un perdedor. Incluso aparte de la posibilidad real de que pueda ser procesado por varios delitos, desde la evasión fiscal hasta la obstrucción de la justicia, ser rechazado por el público y destituido de su cargo sería una derrota que no pudo evitar”, explica Paul Waldman, columnista de la organización The American Prospect.

Por Camilo Gómez / @camilogomez8

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