Se ha dicho que al terminar la estancia de Assange en la Embajada del Ecuador en Londres nos hemos desecho de un “hacker” internacional o que se ha cometido un atropello a la libre expresión. Pero el hecho es que estamos en guerra con Assange y su poderosa red de intervención en la privacidad de las redes sociales.
En estos días se ha dado un inusitado ataque a sitios web del sector público e incluso privados, que han logrado defenderse exitosamente. Esos ataques van a continuar y hay que estar alertas, pero no olvidemos el fondo del problema. Por ello, destaco el comunicado de “Renovación Socialista”, suscrito por su coordinadora nacional Marcela Arellano, que plantea: “su rechazo a que el gobierno del presidente Lenin Moreno haya solicitado que la Policía del Reino Unido detuviese a Julián Assange en la puerta de la embajada del Ecuador en Londres. Manifiesta, además, su preocupación porque este hecho se produce en medio de un inocultable acercamiento del gobierno a las políticas de EE.UU.”
Se resalta que “esta posición no implica respaldo a muchas acciones de Assange”, sobre todo las de dentro de la embajada, recuerda que “Assange, a través de WikiLeaks, realizó en el pasado denuncias fundamentadas sobre oscuros manejos internacionales de varias potencias, que le dieron prestigio. Pero se convirtió en cómplice y encubridor de las acciones corruptas y latrocinios de Putin, de Maduro y también de Rafael Correa, con quien negoció su asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, creando un serio problema y inmensos gastos para el país.”
Añade: “El gobierno ha deteriorado la tradición del Ecuador de respeto al derecho de asilo, manteniendo al mismo tiempo una postura ambigua sobre la ilegal y mañosa naturalización de Assange como ciudadano ecuatoriano”. Por ello, el gobierno debe contestar estas preguntas: “¿Cuál fue la gestión del vicepresidente estadunidense al respecto? ¿Por qué no se investiga y enjuicia a Patiño por sus oscuros manejos? ¿Por qué se dio la nacionalidad a Assange con una maniobra ilegal de la entonces canciller Espinosa? ¿Si ella cometió una ilegalidad, por qué no se la sancionó buscándole un cargo en la ONU pagado con dinero del Ecuador?”. Si el Presidente de la República fue engañado, los responsables deben responder.
Assange desenmascaró las maniobras de gobiernos como el norteamericano, que, por su parte, hace lo mismo respecto de personas y terceros países sin responder ante nadie. Por espía que sea tiene derechos. Pero a los ecuatorianos nos interesa, como dice el comunicado, “que se investigue a fondo la acción de Correa en este asunto, el trasfondo de la entrega de Assange a los británicos, el papel de Espinosa en la naturalización de Assange, y el costo económico y de imagen internacional que ha pagado el Ecuador por todo ello.”