Los países y los gobiernos efectivos y que evitan cometer errores saben que la economía y la política deben ir separadas , ninguna puede contaminar a la otra. Solo con revisar la metida de pata que la consulta popular del Brexit generó en el Reino Unido, nos damos cuenta que el futuro económico de un país no puede estar en manos de la votación popular. El abuso de la consulta no es democracia, hay que aprender de los errores de otros para no cometerlos.
En Ecuador se está usando el tema de la minera de manera inadecuada y con mucha irresponsabilidad. No a la minería, es un enunciado no aplicable ya que la minería existe y ha existido en el país desde hace varios años, las voces que pregonan esto lo que realmente están provocando es darle un sí a la minería informal y delictiva. Los minerales se van a extraer, pero lo responsable es hacerlo formalmente, dentro de la ley y con los controles adecuados para que el medio ambiente no resienta por esta actividad. Por lo tanto un sí a la Minería es combatir con las mafias ilegales. Más allá de todos los beneficios económicos y del impacto positivo que la minería va a generar para el país, la dolarización y las zonas de influencia de la misma actividad y que han sido ampliamente comunicados en diferentes medios, foros y debates, es importante un proceso transparente y serio.
El país ya indicó que sí está de acuerdo en tener minería formal y eso está plasmado en la Constitución de la República. También indico que la Minería está totalmente prohibida en áreas protegidas y es totalmente claro que las localidades no tienen competencia en las decisiones nacionales, y tampoco en las políticas de Estado y peor aún en el desempeño económico de la nación. Otro tema que distorsiona, es la definición de que la minería sería la causante de que no se pueda tener agua para las actividades que necesita el ser humano. Esto tampoco es verdad, existen procesos y tecnologías que permiten explotar minerales sin afectar las zonas de extracción y las fuentes de agua y que deben ser obligatorios para las empresas que van a participar en la actividad.
Responsable es participar y comunicar al ciudadano lo que es y lo que no y esto se debe realizar sin demagogia, exponiendo datos, información técnica clara y real. Es obligación de las empresas privadas y del gobierno explicar cómo se va a evitar impactos negativos que en el pasado han ocurrido en el país. Y es responsabilidad de las comunidades informarse sobre estos temas.
La minería es un proceso nacional que requiere el apoyo y control de todos para que su resultado sea un neto positivo en lo económico, social y ambiental. Es ineficiente torpedear la actividad repitiendo un discurso sin la suficiencia técnica en detrimento de un proceso en donde se planifique la misma de una manera sana para todos.