Si no fuera por los barrenderos del municipio usted y yo estaríamos ahogados en medio de las basuras que ciudadanos inconscientes arrojan sin escrúpulos en las calles de la ciudad. Si no ha hecho el ejercicio, hágalo. Dese un paseo por su barrio, observe las aceras y las zonas públicas llenas de basura y compárelas con el día en que pasa el escobita. El problema es que ellos no dan abasto y no hay barrenderos para cada calle, por eso cada vez es más aguda la imagen de ciudad llena de basuras. Pero el problema no es la falta de operarios de barrido, nombre técnico, sino la gente egoísta a quien no le importa disponer la basura en días y horas equivocados, sacando el problema de adentro y poniéndoselo a la ciudad, que se ahoga en la basura callejera.
Hace mucho rato, esta ya no es la Tacita de Plata. Entre otras porque, con tanta gente foránea que se viene a vivir a Medellín, el sentido de pertenencia se diluye cada vez más en la alucinación de una ciudad que hace mucho por quienes viven aquí, pero poco educa para exigir en la misma medida en que da.
Antes, en ciertos lugares, había letreros que anunciaban una multa a quien arrojara basura en ellos. ¿Aún existen? Si existen, ¿cómo se aplica la multa, quién supervisa? ¿Qué tal si se aplican multas pedagógicas como que la persona que saca la basura en el lugar y hora no indicados, barra en el barrio?, ¿no estamos, pues, llenos de cámaras de vigilancia?
El nuevo alcalde pretende hacer de Medellín una eco-ciudad. ¿Tiene algún plan específico con el tema de las basuras? ¿Cómo se educará a la gente? Pero la mala educación y las malas prácticas no son el único tema que debe enfrentar esta administración.
Recordemos que siempre se ha dicho que el relleno sanitario de Pradera, en funcionamiento desde 2003, terminaría su vida útil en 2022, es decir, ya, durante la administración de Quintero. Solo que a Pradera también llega la basura de más de 30 municipios de Antioquia. ¿Qué plan al respecto tienen las Empresas Varias de Medellín? ¿Conoce Quintero este problema que deberá enfrentar en su administración? ¿Cómo se educará para las nuevas disposiciones de reciclaje? Esta ciudad se transforma cuando invierta verdaderamente en pedagogía ciudadana, lo demás, es botar la platica.