Por Sergio Velásquez Restrepo
Reseñó la prensa la felicidad del comercio por las fabulosas ventas del más reciente Día sin Iva. Lo que no se ha informado es los efectos en la industria, en el empleo industrial u otro distinto al comercio, la balanza comercial y el menor valor de Iva que llegaría a las arcas de la nación.
Es obvio suponer que el empleo que se haya generado en el comercio alrededor de ese día, por sí solo, no justificaría la decisión de la gabela fiscal otorgada, y si hubiese sido significativo ese aumento del empleo, sería por no más de dos o tres días de trabajo, generalmente informal.
Observando el listado de los bienes beneficiados por tal decisión, sólo las confecciones, y marginalmente algunas manufacturas nacionales, habrían tenido algún beneficio, pero no tanto como las importaciones de confecciones, equipos electrónicos y tecnológicos que no son de fabricación nacional, importados, que sí se beneficiaron en demasía por tal evento. Entonces, ¿quiénes fueron los ganadores?:
Salvo mejor opinión: a) Los comerciantes nacionales, propietarios de los establecimientos de comercio; b) Los bancos y los operadores de tarjetas de crédito; c) Los proveedores extranjeros de manufacturas y equipos tecnológicos. Los equipos más comprados fueron los televisores, los celulares y los computadores.
¿Y el impacto en los trabajadores, en lo social, en la balanza comercial y en el fisco?
No hubo impacto justificativo en el empleo en la economía en general y ni tan siquiera en el mismo comercio; en lo social, se condujo a la gente a efectuar unos gastos que para la época actual, requieren más mesura y cuidado, para preservar el ahorro; y en el fisco, fue dejar de recibir no el Iva no facturado, sino el Iva de unas ventas normales. Adicional a lo anterior, esas ventas incitaron a más importaciones que no agregan valor a la economía y sí afectan la balanza comercial del país.