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Papel de trascendental importancia para Colombia tiene esperar unas medidas futuras fuertes y eficaces de Washington contra Venezuela. Quién podría ejecutar dichas medidas se elegirá el próximo tres de noviembre entre Biden y Trump. Debo anticipar, sin embargo, que las relaciones internacionales de los Estados Unidos con Latinoamérica, casi nunca han sido de especial importancia para sus mandatarios.
En favor nuestro, consideran algunos comentaristas, emerge en el discurso de posesión de Trump para su segundo mandato, tras los saludos protocolarios y recordar que el propósito de su mandato sigue siendo “Hacer de nuevo grande a los Estados Unidos”, que su segunda frase fue:
“Desde la Unión Soviética, pasando por Cuba, hasta llegar a Venezuela, los últimos 100 años de historia están plagados de ejemplos con los verdaderos costos de los Gobiernos Socialistas”. Resumo a continuación algunas frases que nos recuerdan los puntos de vista de Biden y de Trump sobre Venezuela.
Joe Biden. Apoya la presidencia interina de Juan Guaidó. Extenderá el Estado de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos que viven en Estados Unidos. Ha prometido ayudarle a Colombia en manejar la crisis humanitaria con los millones de venezolanos que se refugian hoy en nuestro país. Apoya verbalmente las sanciones de su país contra los seguidores de Maduro.
En marzo de 2020 calificó Biden a Maduro, simple y llanamente, como un dictador. No considera, infortunadamente, que Washington deba presionar un cambio de régimen, pero sí recomienda derivar dicho cambio de unas elecciones. Acepta, así mismo, como una obligación de su país ayudarles a los venezolanos a reconstruir el suyo. Maduro, censura Biden, apoya y promueve los diálogos para dilatar las acciones en su contra y para concentrar su poder.
Lo más preocupante de Biden es su idea de retornar a las políticas de su mentor, el presidente Obama, para reabrir ciertas relaciones innecesarias con Cuba, Nicaragua y Venezuela, sin importarle mucho los avances relacionados con los derechos humanos de sus ciudadanos en estos regímenes.
Donald Trump. También reconoce el gobierno interino de Juan Guaidó. Establece unas condiciones muy claras para celebrar unas elecciones libres y honestas, al exigir la participación del partido de Guaidó con la supervisión del Grupo de Lima y de la Unión Europea.
Eliminó Trump un laborioso TPS bipartidista que se había logrado en el congreso en favor de los venezolanos residentes en Estados Unidos. Pero sí les aplicó sanciones severas a PDVSA y empresas subsidiarias, al Banco Central de Venezuela y a 14 subalternos de Maduro por estar involucrados en el tráfico de drogas. No se opone Trump a las reuniones con Maduro, como tampoco a la posibilidad de una intervención militar. Sus críticos le señalan que sus sanciones unilaterales deben ser una herramienta, mas no la estrategia misma.
Mi conclusión: Abrigo algunas esperanzas mayores de una presidencia de Donald J. Trump, pero no poseo demasiadas razones para ellas, porque Maduro está enrocado con la protección de Rusia y de China y unas medidas futuras fuertes y eficaces nos desatarían, quizá, un conflicto de mayores proporciones.
