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¿Colombia necesita de una reforma tributaria?

Mejor distribución de la carga fiscal y más control del gasto público serían claves en nueva reforma.

  • Según expertos, es necesario que haya un mayor control de los gastos de funcionamiento del Estado, un mayor equilibrio y una mejor distribución de la carga fiscal. Foto: Colprensa
    Según expertos, es necesario que haya un mayor control de los gastos de funcionamiento del Estado, un mayor equilibrio y una mejor distribución de la carga fiscal. Foto: Colprensa
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12 de mayo de 2021
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El aumento de la pobreza en Colombia es una de las principales razones por las que, según expertos consultados por EL COLOMBIANO, no sería un buen momento para nuevas cargas tributarias. Sin embargo, la prolongación de la pandemia de covid-19 más allá de lo previsto y el crecimiento del déficit fiscal siguen generando presiones de gasto adicional para el país.

Para este año, según el Plan Financiero presentado por el Ministerio de Hacienda, el escenario fiscal del país contempla gastos para enfrentar la emergencia sanitaria por 1,7 % del Producto Interno Bruto (PIB), e inversiones dirigidas a la recuperación económica por 1,3 % del PIB. Asimismo, estimó necesidades de financiamiento del Gobierno Nacional Central (GNC) por $132.082 billones (12,1 % del PIB), un déficit fiscal de $94.647 billones (8,6 % del PIB), amortizaciones por $18.654 billones (1,7 % del PIB) y pago de obligaciones por $8.590 billones (0,8 % del PIB).

Expertos analizan qué tan necesaria es una reforma tributaria en este momento para Colombia, los puntos más urgentes que se deberían trabajar y cuáles serían los escenarios si esta no se implementa.

“Reforma sí”

El déficit fiscal del país, que ha venido en crecimiento con los años, para Lucía Bolaños, doctora en derecho tributario y presidenta del Comité de Revisoría Fiscal, hace necesaria una reforma tributaria. “Realmente necesitamos de una reforma, pero pensada desde el impacto que puede tener en la población en términos del recaudo y de la redistribución del gasto”, dijo.

Para Bolaños, ha sido un error pensar en una reforma partiendo solo desde una de las funciones del impuesto: recaudar, excluyendo lo redistributivo y la justicia social. Por esto, para la experta, se necesitaría una reestructuración que equilibre la balanza y la distribución de la carga fiscal.

Por su parte, Alejandro Useche, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, también cree que Colombia necesita de una reforma tributaria, pero que, teniendo en cuenta que “el país está viviendo una de las emergencias económicas más graves de su historia, a corto plazo, subir hoy los impuestos vendría siendo un freno al crecimiento económico y llevaría a aumentar la actual crisis”.

“Ahora bien, si miramos más a largo plazo necesitaríamos de una reforma estructural, dado que en Colombia hemos estado acostumbrados a que casi todos los años se hace una nueva y esto implica que no haya claridad ni estabilidad en las reglas de juego para consumidores, familias y empresarios”, apuntó Useche.

Mariana Pineda, coordinadora de macroeconomía de la Universidad Sergio Arboleda, se sumó a la conclusión de que sí es necesaria una reforma tributaria, pero que deben plantearse otras maneras para estructurarla.

“Lo principal ahora que debe hacer el Gobierno es una recaudación para ampliar el gasto social, porque retrocedimos diez años en términos de pobreza. La disyuntiva es que la economía está pidiendo un mayor gasto social, pero eso debe ir acompañado de unos mayores ingresos y la pregunta es de dónde van a salir. Entonces, sí hay que hacer una reforma, pero el país también debe ser más flexible en sus niveles de endeudamiento”, dijo Pineda.

Los escenarios sin reforma

Para Ramón Javier Mesa, profesor de economía de la Universidad de Antioquia, si no hay reforma tributaria se limitan las posibilidades de un mayor gasto, se corre el riesgo de un mayor endeudamiento y se compromete la sostenibilidad fiscal: “Cualquier proyecto de reforma tributaria, además de lograr mejorar el recaudo, debe solidarizarse con la población más afectada por la pandemia”, dijo.

El Plan Financiero del país estimó necesidades de financiamiento del GNC por $132.082 billones (12,1 % del PIB), las cuales, al igual que en 2020, se mantienen en niveles altos, principalmente por el déficit fiscal. Lo que se busca ahora, según el Plan, es mantener la estrategia de diversificación de fuentes de financiamiento, en esta ocasión con mayor actividad en los mercados de capitales.

Liliana Heredia, profesora de la Universidad Javeriana de Cali y experta en impuestos y tributación, opinó por su parte que, de no hacerse una reforma, podrían pasar varias cosas: “Primero, no habría con qué atender el gasto social que se requiere en este momento y tampoco habría con qué atender de manera suficiente la crisis sanitaria. Segundo, como país estamos en el “ojo de huracán” frente a organismos internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Por otro lado, las calificadoras de riesgo, de no darse una reforma, lo más seguro es que nos bajen la calificación y eso implica que Colombia tenga más dificultades para endeudarse”.

Según Minhacienda, si bien la estrategia fiscal óptima durante 2021 es implementar una política expansiva, que trae consigo un incremento en el endeudamiento público, a partir de 2022 se considera que es necesario realizar un ajuste fiscal, porque para el Gobierno Nacional es necesario que el endeudamiento público se reduzca de tal forma que converja a niveles prudentes, que permitan contar con un margen de maniobra suficiente para absorber futuros choques adversos.

El objetivo, para la cartera de Hacienda, es implementar ajustes en los ingresos y gastos fiscales que logren aumentar, en al menos 1,5 puntos porcentuales del PIB, el balance primario, lo que llevó a que se radicara la reforma tributaria que luego fue retirada.

Finalmente, los expertos coincidieron en que es necesario que haya un mayor control de los gastos de funcionamiento del Estado, un mayor equilibrio y distribución de la carga fiscal y una mejor administración tributaria para recaudar ingresos perdidos por evasión y elusión fiscal. Esto ayudaría a aumentar así un crecimiento inclusivo y al mismo tiempo a mantener la solidez de las finanzas públicas .

Infográfico
8,6 %
del PIB es el déficit fiscal que se contempla para 2021: Minhacienda.
$27,8
billones ascendió la pérdida de recaudo tributario por la pandemia: Minhacienda.
Infográfico

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