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Nadie podría decir que no lo vio venir. Aunque la crisis por el coronavirus había apartado de la atención mediática la carrera por la presidencia de Estados Unidos, y los micrófonos y las cámaras se habían volcado a escrutar el manejo del Gobierno a la grave crisis de salud pública, el Partido Demócrata seguía midiendo fuerzas entre sus precandidatos.
Suspendiendo los eventos masivos, pero negándose a cancelar los comicios a pesar de la cuarentena, los demócratas siguieron adelante y los ciudadanos de Wisconsin acudieron a las urnas el pasado 7 de abril. Y aunque el resultado en ese Estado apenas se confirmará el próximo lunes, no fue necesario conocerlo para que Bernie Sanders tomara ayer la decisión definitiva de dar un paso al costado, dejando el camino libre a la candidatura de su principal contrincante, Joe Biden.
Las cifras ya lo vaticinaban. En los caucus y primarias que se habían completado en 27 estados, Sanders solo logró conseguir 917 delegados, frente a los 1.217 que ganó Biden. Ambos seguían sin alcanzar los 1.991 que se necesitaban para obtener la candidatura del partido, pero la tendencia ya estaba clara.
Con la declinación de Sanders, sale de la contienda por la Casa Blanca la propuesta de una “revolución socialdemócrata”, como denominaba el precandidato a su proyecto político. Una idea con la que había ganado el favoritismo de los jóvenes, los latinos y la comunidad Lgbti, pero que no calaba bien entre generaciones mayores.
“La lucha continúa”, expresó Sanders a sus electores a manera de promesa en el mensaje de despedida que emitió este miércoles. “El camino a la victoria era prácticamente imposible”, reconoció al saberse derrotado en su segundo intento por lograr la candidatura demócrata. El primero había ocurrido ante Hillary Clinton en 2016.
Sin embargo, en su mensaje reclamó la “victoria ideológica”, tras haber logrado un fuerte apoyo popular a su propuesta de construir sistemas públicos de educación y salud, que ofrezcan fácil acceso a toda la población y no solo a aquellas personas que tienen recursos económicos, como ocurre hoy en día.
Pero otros incisos de su proyecto causaban temor y división, incluso dentro de su propio partido. “Crear una economía y un gobierno para todos, no solo para el 1 % más rico” fue una de sus frases que el ala más moderada de los demócratas escuchó con recelo en mayo de 2019.
Y ese nicho se vio mejor representado en un Biden sin planteamientos difíciles de digerir y respaldado por buena parte del establecimiento. Muestra de ello son las declaraciones que dio el congresista James Clyburn justo antes de las primarias en su natal Carolina del Sur: “Los distritos que ganamos en años anteriores no eran progresistas, sino moderados o conservadores y va a ser muy difícil mantenerlos de nuestro lado si tenemos que convencerlos de que acepten a un socialista”.
Aunque la designación de Joe Biden como candidato del partido era de esperarse, expertos consultados por EL COLOMBIANO coinciden en que durante la etapa electoral que se avecina, nada está escrito y los resultados de la puja por el poder entre demócratas y republicanos dependerán de la crisis del coronavirus, en un país que a hoy suma 429.052 contagios y 14.529 muertes, según datos de la Universidad Johns Hopkins, y por la que un apático Donald Trump ha recibido críticas.
El director del programa de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, Cristian Rojas, considera que “ahora lo que tiene que pasar es que el sector más radicalizado de los demócratas apoye a Biden, no solamente que se sume contra Trump, sino que se movilice en campaña, lo cual es un reto grande porque él representa al establecimiento”.
“Pero Trump tiene un rival mucho más fuerte que Biden: el coronavirus y lo que pase con la crisis, no solo en términos de salud sino también de economía, será lo que le permita a Trump reelegirse como presidente o no”, agregó.
En ello coincide el director del Observatorio para la Democracia, Yann Basset, quien afirmó que “la campaña electoral hoy está fuera de foco y la gente reaccionó a la renuncia de Sanders como si ni siquiera recordara que había en proceso unas primarias.”
“Biden encaja perfectamente en el tipo de personas que Trump critica todo el tiempo y por eso, en condiciones normales, podría hacerle buena competencia, pero el contexto de la pandemia cambió todo el paisaje y va a estar en el centro de la elección. De eso dependerá”, concluyó .