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Las telenovelas viejas ganan terreno y rating

Con Pasión de Gavilanes y Rafael Orozco se reactiva el debate sobre la repetición de telenovelas en la franja prime time. Estas son las razones.

  • Alejandro Palacio es el actor que interpreta a Rafael Orozco, en el dramatizado que se volverá a ver desde hoy en la pantalla chica, por Caracol. FOTO Cortesía Caracol TV
    Alejandro Palacio es el actor que interpreta a Rafael Orozco, en el dramatizado que se volverá a ver desde hoy en la pantalla chica, por Caracol. FOTO Cortesía Caracol TV
Las Elizondo van detrás del trono de Betty la fea
02 de julio de 2020
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Betty regresó el año pasado a la pantalla chica dos décadas después de su debut y tal como sucedió en 1999 se convirtió en el programa más visto de la televisión colombiana. El turno ahora es para Rafael Orozco y las hermanas Elizondo y los hermanos Reyes, de Pasión de gavilanes, que estarán de nuevo en la franja prime (8 a 10 p.m.), después de 7 y 17 años de haberse estrenado. ¿Les pasará como a la fea?

Aunque el actual contexto de la pandemia de la covid-19 obligó a la suspensión de grabaciones y rodajes, y podría explicar por qué traer viejas conocidas y no hacer nuevas, la tendencia de reencauchar producciones que en otrora fueron éxito no es algo de la coyuntura ni exclusivo del mercado colombiano.

En México, por ejemplo, hay un canal exclusivo para los dramas que ya se vieron. Se trata de Las Estrellas, un canal de Televisa, que en la actualidad tiene más rating con Destilando amor (remake de Café, la versión mexicana de 2007), que las novelas nuevas de la franja estelar .

Las razones

“Estas repeticiones generan nostalgia en el televidente porque les recuerda algún momento particular de sus vidas (una relación sentimental, un logro o una pérdida). Son producciones que se caracterizan por el melodrama, con personajes con los que se identificaba el público”, comenta el periodista Carlos Ochoa, coleccionista de telenovelas. Apunta que otro hecho que genera empatía es la posibilidad de reencontrarse con esos actores con los que el televidente creció, admiró y ha seguido sus carreras.

La crítica de cine de la revista Kinetoscopio, Íngrid Usuga, comparte con Ochoa el tema de la nostalgia como gancho y anota que el clic con el televidente se da gracias a que estas historias manejan las reglas clásicas del melodrama (amores imposibles e historias de superación) “y esas siempre serán de eterno interés, no importa la generación que las vea”.

Otro aspecto que resalta Verónica Heredia, jefe de Programa Comunicación y Lenguajes Audiovisuales Universidad de Medellín, es que la telenovela hace parte de la cultura Latinoamericana. “Si miramos al pasado, la televisión nacional en los años 70 y 80 construyó unos rituales a su alrededor, que se instauraron en la memoria y hábitos de los colombianos”.

Vigencia

Además de Pasión de Gavilanes (2003), Caracol tiene el retorno de Rafael Orozco, el ídolo (2013) para esta noche, mientras que RCN tiene al aire en su franja de mayor rating a Diomedes, el cacique de La Junta (2015) y a Amor sincero (2010). Tres milagros (2011) finalizó el pasado martes.

El libretista César Augusto Betancur, más conocido como Pucheros, escritor de historias como La Selección y Las hermanitas Calle, comenta que la explicación a esta tendencia retro es exclusivamente económica, al señalar que los canales no quieren exponer productos nuevos justo cuando hay menos pauta publicitaria y menos margen de ganancias, “por eso van a la fija con productos que tienen ahí, que son de su propiedad, y que fueron exitosos”. Cita por ejemplo que en este momento debería estar al aire una serie que escribió para Caracol sobre tres medallistas olímpicos, a propósito de los Juegos Olímpicos que fueron aplazados, y el canal decidió postergar el estreno.

Más allá de este contexto, Pucheros cree que el formato de las telenovelas ya no resulta tan atractivo para los canales y para el público. “Ya nadie le apuesta a historias de 120 horas, eso es muy raro, ahora se la juegan por series cortas, que son más económicas de producir y generan más fidelidad con el espectador”.

El periodista Ochoa considera que los televidentes añoran las historias del pasado. “Siento que ha bajado la calidad del melodrama, ahora la prioridad son otras historias, de suspenso y con temas populares”.

Pese a la pérdida de terreno ante dramas más cortos y la oferta de las plataformas digitales, las telenovelas volvieron a ocupar los primeros lugares del rating, eso sí con un porcentaje por debajo a lo que marcaban los realities, que antes de la pandemia eran los más vistos. Yo me llamo marcaba 16 puntos y A otro nivel llegaba a 14.

Ahora La venganza de Analía (que termina este viernes) es el programa más visto con un promedio de 13 puntos de rating (cada punto equivale a 280.000 televidentes), seguida por la repetición de Amor sincero y El General Naranjo (terminó anoche), ambas con un promedio de 10 puntos.

Estas cifras están distantes a las que, por ejemplo, marcó en 2004 Pasión de gavilanes, con un promedio 19 puntos o Amor Sincero, con 17, según datos de www.ratingcolombia.com

¿Podrán las Elizondo y los Reyes, en Pasión de gavilanes, y Rafael Orozco repetir la historia de Betty? El rating lo dirá.

Infográfico

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