<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Atletas obligados a un retiro indeseado

De la gloria de los triunfos, al calvario y resignación de dejar el deporte por lesiones. Julián Arredondo, el más reciente.

  • Arredondo estuvo cerca de 20 años en ciclismo. “Compartiré mi aprendizaje”, dice. FOTO JUAN A. SÁNCHEZ
    Arredondo estuvo cerca de 20 años en ciclismo. “Compartiré mi aprendizaje”, dice. FOTO JUAN A. SÁNCHEZ
22 de marzo de 2019
bookmark
5
victorias como profesional logró Arrendondo, una de ellas en Giro de Italia-2014.

Julián Arredondo, ciclista de la actual generación dorada de Colombia al lado de corredores como Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Sergio Luis Henao, Carlos Betancur, entre otros, colgó definitivamente la bicicleta.

Una lesión, la cual viene arrastrando desde hace cuatro años, lo sacó de competencia.

“Todavía estoy en duelo, no puedo asimilar que, a los 30 años, me tenga que retirar de un deporte que me lo dio todo, que era mi pasión, mi trabajo, mi vida”, cuenta Arredondo, nacido en Ciudad Bolívar, Antioquia, y consagrado campeón de la montaña y la combatividad del Giro de Italia de 2014, en el que el país vibró, además, con el título y subtítulo de Nairo y Urán, en su orden.

Es imborrable como en esa carrera, rumbo al alto de Panarotta, Arredondo, con un ritmo demoledor iba dejando rivales en el camino para ganar la etapa y vestirse con la ‘maglia azzurra’, la que identifica al mejor escalador de la primera carrera grande del año. Esa vez superó a pedalistas como Iván Basso, Fabio Aru, Quintana, Urán, Domenico Pozzovivo, Rafal Majka, en fin, a 150 más.

Y como ese día, que parece ayer, su espíritu luchador se vio reflejado frente a un problema de salud que en repetidas ocasiones bloqueó sus fuerzas y que, en un comienzo, ni él sabía. Un extraño adormecimiento de sus piernas que apareció, de la noche a la mañana, lo puso al borde de un abismo, pensando en el retiro definitivo.

“Hasta la gente decía que mi problema provenía de la cabeza, que ahí era donde estaba fallando, pero no era así”, cuenta el deportista, a quien luego de varios exámenes y tratamiento en distintos países, le hallaron que padecía síndrome del piramidal (contractura que comprime el nervio ciático, músculo ubicado en la zona de la cadera, y que genera dolor y adormecimiento en glúteos y parte trasera de la pierna, además debilidad en las extremidades inferiores o pérdida de la fuerza).

Un caso excepcional de esta lesión fue el futbolista galés Gareth Bale, quien tras sufrir rótura en esa parte del cuerpo, logró recuperarse y retornar a competencias con el Real Madrid.

Julián, que hizo su proceso de formación en el equipo del Orgullo Paisa, se sometió en 2017, sin pensarlo, a dos cirugías que lo sacaron de la competencia. A los meses, y gracias a una voluntad férrea, inspirada en seguir dejando huella para Colombia como lo vienen haciendo sus coterráneos, retomó entrenamientos, pero cuando todo parecía que iba bien, el dolor apareció a medida que aumentaba sus cargas de trabajo.

Si bien tiene propuestas para regresar al ciclismo internacional, y aún siente voces de apoyo para que no se rinda y vuelva a la competición, “Perico”, como se le conoce en su natal Ciudad Bolívar, decidió dar un paso al costado. “El dolor es tan insoportable que es mejor terminar”, indica Arredondo, quien buscará seguir ligado a este deporte.

EL COLOMBIANO dialogó con él.

¿En qué momento considera el retiro como la única fórmula?

“No aguanté más, ya hoy soy un ciclista en retiro. Llevo cuatro meses desde la última vez que monté en bicicleta. Volvieron a aparecer los síntomas, la pierna derecha otra vez no la sentía con fuerza. Fue una lucha de cuatro años, ya no más”.

¿Qué sentimientos tiene hoy: impotencia, tristeza...?

“Total, estoy haciendo apenas el duelo. Es maluca la cosa, pero hay momentos en la vida en la que se deben tomar decisiones. Intenté superar esta enfermedad de diferentes formas, me operé dos veces y nada, entonces dije que ya era el momento de ponerle un punto final a esta dolorosa situación. Hay mucha tristeza, no lo niego, y más al ver que el ciclismo colombiano sigue creciendo y pude estar ahí”.

En días pasados usted contó que venía rodando bien, ¿qué sucedió entonces?

“Exacto, estaba motivado y lleno de ilusión, pero después de hacer varias pruebas subiendo, las piernas no me respondían bien, empecé a sentirme mal, muy mal. Entonces hablé con los médicos para parar el proceso de recuperación. Es una cuestión difícil, hay nervios, pero me tocó a mí y hay que asimilarlo de la mejor manera”.

Claro, porque ya está en una edad madura para el ciclismo...

“Es que podría estar corriendo en este momento y quizá en un equipo grande, pero mejoraba por raticos. Entendí que era la hora de bajarme de la bicicleta. Queda la tranquilidad de que lo intenté”.

Hasta Rigoberto Urán decía que si tenía la oportunidad de formar un elenco colombiano, usted estaría ahí...

“Sí, gente hasta de otros países me escriben, me dicen que lo vuelva a intentar. Incluso de Europa y Asia algunos equipos me dijeron que era bienvenido, pero siento que lo que mejoraba era muy poquito, y uno estar levantándose a entrenar, bien juicioso, para luego caerse, no aguanta, eso cansa”.

Es que si aceptaba alguna de esas propuestas, no se podía quedar mal ante la oportunidad...

“Claro, decía que si volvía a competir primero me probaba un año en Colombia. Quería saber cómo estaba rindiendo. Es que en 2017 el equipo Nippo me dio la oportunidad, pero a raíz de mi problema, a mitad de ese año arranqué para Colombia. No quería volver a pasar por lo mismo, aguantar que si te están pagando tienen que hacer con uno lo que quieran, que tienes que hacer esto y lo otro...”.

¿Hay más presión?

“Así es, prefiero ganar poquito dinero pero estar tranquilo y no defraudar a nadie. Lo que pasa es que cuando se está arriba en el ciclismo todo es muy fácil, pero cuando estás abajo, o atrás en el pelotón, y ganando buena plata, es complicado. Hay presión, mala atmósfera, te señalan, pocas veces te entienden. Cuestionan si te estás alimentando y entrenando bien, pero mi problema no dependía de eso”.

Igual queda en la historia del deporte colombiano...

“Eso me llena de alegría. Es complicado aceptar alejarte, obligado, de lo que te gustó toda la vida y te daba la comida. De todas maneras se hizo algo, soñaba con correr el Tour de Francia, Vuelta a España, el Giro de Italia, las grandes clásicas... hice casi todas las carreras, entonces queda una satisfacción grande. Me quedo con una espinita porque se hubieran podido hacer más cosas y entregar más alegrías como lo vienen haciendo mis colegas. Así es la vida, no siempre es como uno quiere sino como ella vaya viniendo”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD